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Yo cumplo con la Ley 241, ¿y tú?

Como lo malo es lo que siempre resalta, a veces nos da la sensación de que NADIE en esta ciudad maneja apegado a las leyes que regulan el tránsito. Sin embargo, puedo afirmar que somos más los que sí hacemos esto y por tanto sufrimos en carne propia las consecuencias de la imbecilidad con que suele manejarse en este país.

Los mayores culpables son los choferes de concho, los guagüeros, patanistas, yipetuses y motoristas, sobre todo si son de "delivery". Claro está, en estos grupos aparecen su excepciones: no todo el que anda en yipeta es un abusador y no son todos los motoristas que se arriegan con maniobras peligrosas.

Dejando a un lado esta percepción, y en el entendido de que las autoridades no hacen lo suficiente por controlar el caos que vemos a diario, se ha creado un grupo en Facebook llamado "Yo cumplo con la Ley 241, ¿y tú?", dirigido a todo aquel que esté harto de tantas barbaridades que se ven en la calle.

La idea no se limita a relatar experiencias y a remachar lo que todos sabemos: que el dominicano promedio maneja mal y que la Ley es decorativa. No, este grupo va más allá y lo que desea es hacer un documento formal, con tantas firmas como sea posible, donde se haga notar que la ciudadanía exige acción de parte de las autoridades. Este documento puede publicarse en un periódico de circulación nacional, llevarse a radio y TV y, claro está, ser difundido a través de los blogs.

No hay garantías de que esta acción traiga resultados en el corto plazo, pero se trata de una iniciativa para hacernos escuchar. Está bueno ya de manejar en calles oscuras y llenas de hoyos, de coger pelas con los AMET, de exponerse a peligros porque un grupito se cree con derecho a hacer lo que quiere y de salir con las de perder a pesar de ser cumplidores con la Ley. Ponle un PARE a este relajo, únete al grupo.

Comentarios

  1. Rocio, la iniciativa es excelente.
    No se sabe cuanto resultado tendrá, pero hay que comenzar con algo.
    Esperamos que las autoridades hagan lo debido para que el dominicano aprenda que la ciudad no es un camino vecinal. Que hay reglas y hay que cumplirlas.

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