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Llama la atención la cantidad de situaciones anormales que se están dando en el beisbol de los Estados Unidos y que involucran a dominicanos. La racha empezó hace aproximadamente dos semanas con la revelación que hiciera la revista Sports Illustrated de que Alex Rodríguez dio positivo en esteroides durante pruebas internas realizadas en 2003.
La revelación del dato ha puesto a sudar a más de uno, pues resulta que en ese entonces un total de 104 jugadores dio positivo por esteroides. Sin embargo, quizás por tratarse del jugador mejor pagado de todos los tiempos, el de Alex fue el único nombre
que se dio a conocer.
Alex no tuvo más remedio que admitir que cometió un error, y, como dicen popularmente, el asunto pica y se extiende. Ahora ha aparecido el supuesto primo de Alex que le ayudó a conseguir las sustancias prohibidas, y por ahí ya vendrá otro escándalo.
A los pocos días del caso Alex, Miguel Tejada decidió confesar otro delito: cometió perjurio en 2005 ante el Congreso de Estados Unidos, que investigaba la prevalencia de esteroides en las Grandes Ligas. Esta confesión no hizo más que avivar el debate sobre los esteroides, aunque, según encuestas realizadas por Prensa Asociada (AP), ya el público está perdiendo interés en el asunto.
Mientras sucede esto en Estados Unidos, República Dominicana se prepara para ir al Clásico Mundial con muy pocos estelares, situación que al parecer se agrava con el pasar de los años. En esta ocasión jugadores como Albert Pujols, Adrián Beltré, Vladimir Guerrero y Fausto Carmona no podrán participar por las trabas impuestas por los equipos de Grandes Ligas a los que pertenecen. Por cierto, el show de los esteroides vino después de que Alex informara que representaría a RD en el clásico. Mueve a sospecha, ¿no?
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Los escándalos a lo interno del beisbol siguen hoy con el caso del prospecto dominicano Esmailyn González, acusado de mentir acerca de su edad (es 4 años mayor de lo pensado) y su verdadero nombre, que es Carlos David Alvarez. Esmailyn causó sensación en 2006 cuando fue firmado con tan solo 16 años (19, en realidad) por los Nacionales de Washington y recibió un bono por 1.4 millones de dólares.
Por casos como este es que los dominicanos nos hacemos de un mal nombre, pues ya había pasado antes con Rafael Furcal y Bartolo Colón. Por el camino que va la cosa, pronto los dominicanos serán vistos con malos ojos en Grandes Ligas, y eso no conviene.
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