¿Gravar los depósitos? Mala idea

Desde hace días el Gobierno busca fuentes para aumentar el sueldo a los médicos, y la última fórmula propuesta menciona, entre otras cosas, la posibilidad de gravar los depósitos en bancos. No es la primera vez que se estudia esta posibilidad, y casi siempre se descarta por sus posibles efectos sobre el ahorro, que en este país es bastante pobre.

Aún cuando el gravamen propuesto es de 0.25%, la medida pudiera desincentivar aún más la práctica del ahorro, que en RD es prácticamente inexistente por una serie de motivos que van desde salarios poco realistas (el dinero se va en luz, comida, gasolina y alquiler) hasta un consumismo que es cada vez más marcado en ciertos estratos de la sociedad.

De por sí da mucho trabajo juntar un par de pesos para depositarlos en un banco a modo de ahorro, a tasas poco atractivas por demás, para que encima se venga a castigar la práctica con un impuesto que va a ser destinado específicamente a costear el salario de unos médicos que ni siquiera dan los servicios estipulados a la población. Quien tuvo la desafortunada idea probablemente nunca lo vio desde este punto de vista: se trata de quitarme dinero para dárselo a otro.

¿Qué pasaría si se gravan los depósitos? En un escenario extremista, pudiera haber fugas masivas de capitales (gente que saca su dinero para llevarlo fuera, cambiarlo por dólares o sencillamente guardarlo bajo el colchón o gastarlo), lo que pondría en jaque a los bancos locales y al sistema financiero nacional como un todo.

De lo que sí podemos estar seguros es de que muchos optarán por no hacer depósitos nuevos bajo el entendido de que ya demasiados recursos se destinan a las arcas del Gobierno por concepto de impuesto sobre la renta, descuentos para fondos de pensiones, para riesgos de salud, ITBIS y demás impuestos. En consecuencia, probablemente resurja la modalidad de guardar dinero bajo el colchón.

El gran beneficiado del dinero de los ahorrantes es la banca comercial, ya que este dinero a menudo se presta más para alante, derivando en jugosos beneficios (el famoso spread de los bancos es la diferencia entre las tasas activas y pasivas), por tanto, ¿por qué no aplicarles a ellos un gravamen adicional? Ya el ciudadano común está harto de tantos impuestos.