Siguiendo la tradición, el día de hoy comenzó con la alocución del Señor Presidente desde el Congreso Nacional, donde además de depositar las memorias de la gestión del 2008 hizo un recuento de la situación económica a nivel global y local, culminando con los planes que tiene el Gobierno para el presente año.
Cualquiera que haya visto o leído el discurso del Presidente habrá notado que el mismo trataba de llevar un mensaje de optimismo hacia la población, sobre todo por el lado de la situación económica mundial y de cómo la RD ha estado sobrellevando esa crisis. Cierto es que ha habido despidos, como aquel de la Falconbridge, pero en términos generales la RD no está tan mal, aunque tampoco tan bien como para cantar victoria.
Tal como había mencionado anteriormente en este blog, la situación es más llevadera en la RD porque no dependemos de un mercado de valores desarrollado y tenemos una sistema bancario que a diferencia de Estados Unidos y Europa exige muchos requisitos para otorogar préstamos.
Lo último viene a colación porque fue por ahí que empezó la actual crisis: una banca y sistema de mercado cada vez más permisivos, lo que fue aprovechado por corredores inmobiliarios que querían hacerse de un dinero rápido. Así engancharon a sus víctimas con atractivas ofertas donde las restricciones brillaban por su ausencia, trayendo como consencuencia la famosa burbuja sub-prime. El drama a nivel inmobiliario en Estados Unidos es penoso, con gente perdiendo sus casas todos los días porque no pueden cumplir con unas cuotas que subieron de manera absurda.
Me parece que hizo bien el Presidente en resaltar lo positivo, a la vez que se mostró realista con ese y otros temas, como narcotráfico y delincuencia. Tan solo tengo la esperanza y el deseo de que este discurso no se quede en palabras, sino que las ideas y planes expuestos se ejecuten. De nada sirve reconocer un problema y proponer la solución del mismo si no pasa de buenas intenciones.
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