Silvio Berlusconi y Jean-Claude Duvalier son dos figuras internacionales que han acaparado la atención de los medios en esta semana. El primero por una serie de acusaciones de carácter un tanto sórdido, y el otro por haber regresado a Haití tras 25 años de exilio en Francia.
Lo de Berlusconi, máximo representante del gobierno italiano, es una cosa que viene de años atrás. Un , personaje pintoresco que es motivo de burlas dentro y fuera de Europa por las cosas que han salido a relucir, entre ellas las casas que usa en Italia para sus jueguitos depravados, las muchas mujeres que han sido pagadas por él para mantener el silencio, y la forma tosca y maleducada que por lo general exhibe en público. Para muchos italianos, Berlusconi es una tremenda vergüenza.
Luego está Duvalier. Desde el primer momento la pregunta es, ¿qué busca por estos lados? Jean-Claude Duvalier, mejor conocido como Baby Doc, fue derrocado en 1986 en medio de acusaciones de corrupción. Este fue el evento precursor de la inestabilidad que vive Haití al día de hoy, y quizás por ese motivo hay muchos haitianos que favorecen la presencia de Duvalier, quizás esperanzados en que finalmente alguien hará algo por ese pueblo. Pero al acecho de esa misma oportunidad está Jean-Bertrand Aristide, para muchos lo peor que ha pasado por ese país.
Como si ya no tuvieran suficiente sufrimiento, las cosas en Haití parecen complicarse cada día más, y eso de paso trae consecuencias negativas sobre República Dominicana, no solo por cercanía, sino por intereses internacionales que andan por el medio.
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