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Impuestos, ¿a quién le gustan? Los impuestos le amargan la existencia a cualquiera, y tal parece que las brujas y videntes no son la excepción. Ahora bien, a diferencia de la gente común y corriente, estos personajes tienen una forma distinta de lidiar con este incordio: la brujería.
Parece un chiste, pero esta es la situación que se está dando hoy en Rumania, un país profundamente supersticioso y que actualmente pasa por una recesión. Como forma de "aliviar" la situación económica, el gobierno rumano decidió gravar a personas que tradicionalmente no pagaban impuestos, entre ellas a brujas, hechiceras, videntes y adivinas, quienes al parecer no se percataron de lo que venía.
El anuncio del gobierno ha generado la ira colectiva de los gremios de brujas y demás artes afines, cuyos miembros enfrentarán los impuestos con hechizos y madiciones que ya empezaron a echar sobre el presidente y los demás funcionarios. Con tal de conjurar las amenazas no ha faltado quien sugiera al presidente y sus colaboradores utilizar ropas de color púrpura, pues, según la creencia popular, el púrpura es muy efectivo para alejar las cosas malas.
¿Exactamente qué planean estas brujas? Entre otras cosas han lanzado mandrágoras al Danubio, mientras que una doña considerada como la reina de las brujas planea un conjuro a base de excremento de gato y perros muertos.
¿Funcionarán las maldiciones y hechizos? Ya nos enteraremos con el pasar de los días, pero, mientras tanto, hay que ver una realidad: será difícil gravar estos oficios tan artesanales, pues los ingresos tienden a ser mínimos y a ser pagados en efectivo.
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