Caricatura: Marc Anderson
Expertos. El término está reservado para aquellas personas que tienen mucha experiencia o conocimientos en una materia específica, ya sea medicina, cultura, informática o política.
Partiendo de esta definición se asume que un verdadero experto se ha pasado años formándose en su área de interés, ya sea leyendo libros, analizando documentos, yendo al campo para obtener experiencias empíricas, haciendo comparaciones o simplemente practicando aquello que se supone es su pasión.
Partiendo de esta definición se asume que un verdadero experto se ha pasado años formándose en su área de interés, ya sea leyendo libros, analizando documentos, yendo al campo para obtener experiencias empíricas, haciendo comparaciones o simplemente practicando aquello que se supone es su pasión.
Sin embargo, en esta "sociedad de la información" en que vive el mundo actualmente, donde la información está al alcance de varios clics y ya nadie se faja a hacer trabajos de investigación porque es más fácil hacer copy-paste del esfuerzo de otro, las cosas son relativas. Ahora cualquiera es un experto: lo único que hay que hacer es pregonar por las 4 esquinas que se domina X tema, tener la habilidad de hablar de corrido, y listo. Ser receptor de un premio, aún cuando sea altamente cuestionado, tan solo ayuda a afianzar ese halo de "experto" que tantos se enganchan, aún a sabiendas de que no pasan de ser ignorantes funcionales en esa materia.
¿Y qué hay de los verdaderos expertos, entonces? En el mundo de hoy, donde cualquiera llega a ser famoso en base a nada, esos están de más, hasta que se demuestre lo contrario. La buena noticia es que estos expertos que se hacen al vapor no tardan en caer por su propio peso, a veces con consecuencias catastróficas para más de uno. Si bien se reivindica al verdadero experto cuando estas cosas pasan, no se puede negar que el daño ya está hecho.
A veces me pregunto por qué la gente está siempre tan presta a caer en este tipo de trampas. Un buen día llega un tipo, se presenta como experto en teoría venusiana-marciana, lo alaban a más no poder, y ya ese es el matatán. Lo que diga ese es palabra de oro, y sus consejos deben llevarse al pie de la letra. Pero a la hora de la verdad, cuando se presentan problemas o se piden consejos, el famoso experto abandona, o se queda mudo en el mejor de los casos. ¿Y entonces? ¿Después de tanto bombo, no queda nada?
La verdad que no entiendo el fenómeno, pero hay un refrán que recoge toda esta experiencia: "cría fama y acuéstate a dormir". Más claro de ahí no se puede.
La herencia de los indios, por genetica, los espejos por oro, todavia Colon viene y encuentra
ResponderEliminarNo creo que sea herencia de los indios, pues en otros países pasa igual.
ResponderEliminarCreo que es fruto de la época, pues hay maneras más eficientes de engañar o abultar tu experiencia profesional. También existe, creo yo, una sobredimensión en ciertos temas que provoca en algunas una ingenuidad que en otros temas no tendría.
Hola, creo que ambos tienen razón. Me explico: si es cierto que en esta época resulta más fácil abultar un curriculum y así engañar a granel. Por otro lado, hay gente que, como dicen popularmente, tropieza con la misma piedra una y otra vez. Una persona que ya ha sido engañada y que se deja engañar nuevamente tiene problemas, y a ese le aplica el dicho de cambiar oro por espejitos, la herencia de los indios que señala la persona que comentó de primero.
ResponderEliminarSaludos!