Ah, la gente... ¿por dónde empezar? Interactuar con gente es parte del día a día: en la casa, el trabajo, en la calle, por teléfono o hasta por Internet. Hasta el momento, pues no se sabe hasta que punto los robots nos sustituirán en esas labores, los servicios son ofrecidos por gente, la misma gente que hace posible tener infraestructuras, negocios y demás. En pocas palabras, no podemos vivir sin gente.
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Esta realidad, a pesar de ser muy evidente, parciera como si algunos la desconocieran. Sólo así se explica que haya gente tan inconsecuente que se sale de su camino con tal de arruinar el día a unos cuantos. Gente que desprecia los buenos gestos de otra, gente que con su arrogancia pretende llevarse al mundo por delante, gente odiosa que espanta con sus malos modales.
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Esta realidad, a pesar de ser muy evidente, parciera como si algunos la desconocieran. Sólo así se explica que haya gente tan inconsecuente que se sale de su camino con tal de arruinar el día a unos cuantos. Gente que desprecia los buenos gestos de otra, gente que con su arrogancia pretende llevarse al mundo por delante, gente odiosa que espanta con sus malos modales.
Así como hay gente amable, bondadosa y cooperadora, la hay violenta, irresponsable, charlatana y despreciable. Da la impresión de que el segundo grupo domina sobre el primero. Es tan desagradable llamar a una oficina con la intención de indagar algo y que la persona que le atiende le grite en su oído que usted es ignorante por desconocer cierta información que no es relevante. ¿Y qué hay de esa gente a la que usted felicita o agrada por el motivo que sea y cuya respuesta es ignorarle? Más dañina aún es la gente que no usa el sentido común.
Si usted trabaja en una oficina, de más está decirle que hay ciertos comportamientos que irritan a sus compañeros. Igualmente es cierto que los demás que le rodean no tienen la culpa de sus problemas y por tanto no hay necesidad de maltratarlos.
La cabeza se hizo para pensar, pero es evidente que en esta época de "nada me importa" el sentido común, junto con la inteligencia, se fue de viajes. Modales básicos se han ido a pique, así como el pudor, la decencia y el respeto al derecho ajeno. Para ser entes pensantes, damos pena, pues ni siquiera nos podemos llevar bien entre sí.
Dios cuanta razón tiene en todo lo que dice, lo peor de todo que nos toco día a día convivir con ese tipo de personas que entiende que no tienen necesidad de nada ni de nadie, que son omnipotente,que pueden patear, dañar y maltratar a todo el que le queda cerca, sin mirar para atrás y sobre sin saber lo que le viene mas adelante. definitivamente, esta sociedad esta vuelta una mierda como suele decir vulgarmente cuando me siento con la hipotecnia de que no se que mundo es el que estamos viviendo.
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