Tengo fresca mi memoria aquel día de diciembre de 2005 en que cientos de miles de haitianos rodearon el Palacio Nacional de Puerto Príncipe vociferando con gran ímpetu consignas en repudio a presencia del presidente Leonel Fernández, quien se encontraba reunido con su homólogo René Preval en lo que fue la primera visita oficial de un presidente Dominicano a esa parte de la isla.
Neumáticos incendiados, escombros y basura por todo el perímetro de la casa de gobierno haitiano inquietaban entonces las actividades que se realizaban en el interior de la Mansión Presidencial.
Esto es hoy ruinas y vestigios de una época que no hace sentido después de aquel doce de enero en que un terremoto cobró mas de 250,000 vidas y pérdidas materiales aún no cuantificadas. Tan diferentes son las circunstancias que hoy, durante el relanzamiento de la Comisión Mixta Bilateral en la ciudad fronteriza de Juana Méndez, nuestro presidente Leonel Fernández fue condecorado por su homólogo haitiano.
Los haitianos se han visto en la obligación de reconocer que el pueblo dominicano les ha tendido la mano en su momento de crisis, quizás hasta más allá de sus posibilidades. Y aún así, por causa de la desesperación, tenemos noticias por este lado de que un camionero dominicano que transportaba materiales hacia ese país fue secuestrado en la comunidad de Otrou (Haití), con la exigencia de 100 mil dólares a cambio. Oh Dios.
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