Una de las noticias de la semana ha sido el fraude detectado en las pruebas nacionales, donde participaron estudiantes y técnicos de la Secretaría de Estado de Educación. Si bien Melanio Paredes, titular de la cartera, ha manejado bien el tema, condenando la práctica y advirtiendo de las consecuencias que vendrán, debo decir que nada de esto me sorprende.
El fraude es la cosa más común cuando de exámenes se trata, y eso tiene dos explicaciones: 1) la gente no quiere esforzarse, y 2) los exámenes en sí son una cosa absurda.
Mientras estuve en el colegio y en la universidad hice mis trabajos y exámenes con la mayor responsabilidad y pulcritud posible, lo que significa que me fajaba por horas a investigar, desarrollar, estudiar y todo lo que viniera. Los resultados de eso están hoy a la vista. Sin embargo, aún cuando esa era mi manera de actuar, siempre me pregunté cuál era la utilidad de un examen, pues para mí carece de sentido someter a la gente a una evaluación donde no se puede consultar nada. Después de todo, las cosas no funcionan así en la vida real.
Mi opinión personal es que los exámenes son un recurso arcaico, máxime cuando los "chivos" son una cosa tan vieja como los propios exámenes, y, qué cosa, nadie los ha podido erradicar. Al contrario, son cada día más creativos.
Mientras se revisa el asunto del fraude en las pruebas nacionales es bueno enfocar el problema desde el punto de vista de cómo se han ido perdiendo los valores en esta sociedad, algo que se relaciona directamente con el compromiso familiar y con la eliminación de una asignatura llamada "Moral y Cívica". De paso, sería buena idea buscar otras formas de evaluar el aprendizaje de los alumnos del sistema de educación nacional, porque a la clara los exámenes no son la mejor opción.
De hecho, es una de los indicadores que muestra como dices, la forma en que estamos perdiendo los valores en nuestro país. Siempre recuerdo algo que nos decían en la maestría, el que hace "cheating" en un examen o en una investigación, probablemente también sea un falseador o se adjudique el trabajo de otro en sus labores ya de trabajo. Lamentable y algo que debemos luchar por eliminar de nuestra idiosincracia.
ResponderEliminarAsí es, Mancorp, los valores paulatinamente han pasado a mejor vida, siendo reemplazados por antivalores. Culpables somos todos, desde el mismo hogar hasta las autoridades. Y sí, quien ace trampa en un examen hace trampa en cualquier circunstancia
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