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Ego y vanidad

Foto: Flickr (massdistraction)
En la oficina, la universidad y hasta cuando hacemos diligencias. Siempre aparece una persona lista para arruinar el día, y, vaya casualidad, la mayoría de las veces se trata alguien que está en una posición de poder, aún sea momentánea, como cuando el representante de servicio decide no cooperar con cosas que solo están a su alcance.
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Un profesor medalaganario, un supervisor mañoso o un superior que disfruta de repartir boches son personajes que abundan en el día a día, y su actitud es motivo suficiente para iniciar una sesión de filosofía a todo vapor, aún cuando no se tenga vocación filosófica.

Hay momentos, usualmente precedidos de un boche injustificado por parte del jefe o una reprimenda del profesor de turno, en que las cosas se ponen en perspectiva y empieza el ciclo de preguntas: ¿por qué tengo que aguantar esto o lo otro? ¿pero qué se cree este? ¿por qué ese afán de buscar únicamente los defectos? ¿por qué no se valora el trabajo bien hecho? ¿por qué solo me llaman para darme boches por cosas que ni siquiera se relacionan directamente conmigo? ¿qué hay de las veces en que me he esmerado por que las cosas salgan bien?

Este festival de "por qué" puede seguir por horas y horas, y la realidad es que todo se reduce a ego y vanidad. La mayoría de la gente que ocupa puestos de autoridad cree que para hacerse sentir efectivamente como la autoridad hay que andar con cara de pocos amigos, ser mandón y hasta burlarse del subordinado, si fuese necesario. El abacorar gente es una forma muy efectiva de meter miedo, lo que a su vez alimenta el ego.

Claro está, no todos los profesores, jefes y demás son iguales, pero, lamentablemente, este patrón se repite con demasiada frecuencia, en todos los círculos. No se trata únicamente del ego, la vanidad también juega un papel importante, y esto se refleja en caprichos, excentricidades y comportamientos extravagantes, fenómeno que ha llevado a algunas compañías a la ruina, como le pasó a Tyco, a Enron y otras más.

¿Será por esto que hay un convencimiento cada vez más arraigado de que el mundo está siendo manejado por una partida de payasos e idiotas?

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