Todo en la vida lleva un cierto orden, independientemente de que nos empeñemos en romper reglas o hacer las cosas como mejor nos plazca. Es tan así que aún en los sitios más desorganizados existe algún tipo de jerarquía y orden lógico para hacer las cosas, siendo la diferencia con otros lugares que quizás no está por escrito ni se menciona. Pero está ahí, implícito, y cuando se ignora ese orden, pues pasan cosas.
Para algunas personas, trabajar en un lugar sin reglas y sin orden establecido es como un sueño hecho realidad. Se hacen la idea de que en ese santuario pueden hacer lo que quieran y cuando quieran: llegar tarde, faltar, inventarse excusas para justificar cualquier falta, prolongar sus vacaciones, y un largo etcétera. En esta clase de lugares es común que haya dos o tres empleados que se empeñen en cubrir al compañero que aprovecha al máximo el desorden y la falta de supervisión, pero las cosas son hasta un día.
En lugares desorganizados las cosas estallan el día menos pensado, y a veces por motivos un tanto absurdos. Muchas veces un antojo del jefe lleva a una situación donde finalmente quedan expuestos la magnitud del desorden y sus consecuencias. Ante esa realidad, no tardan en llegar los correctivos: se hace una reunión con todo el personal, se reclama, se exige, se hacen amenazas, y por algunos días, las reglas -generalmente hechas al vapor y en respuesta a la situación que originó la reunión- se cumplen de manera estricta. Al cabo de unas semanas, sin embargo, empiezan a relajarse las reglas hasta que otra vez se convierten en un relajo. Será cuestión de tiempo antes de que vuelva a repetirse este ciclo.
Es común que una empresa desorganizada tenga funciones duplicadas, departamentos infuncionales, personal redundante, equipos y personal sub-utilizados, gastos fuera de control e ineficiencia generalizada. Son lugares donde se trabaja siempre contra el reloj y donde cualquier idea se aprueba sin determinar su factibilidad o si se cuenta con los recursos para ejecutarla, donde la palabra del jefe es ley y donde la gente planificada simplemente pierde su tiempo.
A pesar de que está demostrado que la desorganización no lleva a nada bueno, este elemento abunda en la sociedad. ¿Falta de disciplina, dejadez o qué?
Este tema me trajo recuerdos del pasado bien pasado. Generalmente ese tipo de anarquia se relaciona con falta de motivacion, y si no aparece un nuevo "lider" (1ra. medida) que ponga las cosas en orden, la unica solucion es eliminar a casi todo el personal y empezar de cero, algo drastico y con repercusiones a corto plazo en el negocio, pero males extremos exigen correctivos extremos (y como dije antes se empieza por la Gerencia, pues por su negligencia se llego a esa situacion).
ResponderEliminarTienes toda la razón: todo, sea bueno o malo, emana de la gerencia. Si la cabeza anda mal, el resto también, no es cuento.
ResponderEliminarSaludos!
Buscando una foto para representar la desorganización acabé en tu blog. Cúanta razón... nunca entenderé por qué es tan difícil que nos organicemos.
ResponderEliminarSaludos!