Veamos: una banda de menores compuesta por tres chicos y dos chicas se dedicaba a atracar, torturar y posteriormente matar a taxistas bajo los lineamientos de dos adultos que, para colmo, convivían con las dos menores.
En lo que parece una escena sacada de CSI , Criminal Minds o Law & Order, los miembros de la banda, que supuestamente está compuesta por otros tres hombres que están prófugos, hacían tales fechorías por puro placer, pues solo así se explica la necesidad de sostener relaciones sexuales en medio de tanta violencia o eso de buscar los periódicos al día siguiente para enterarse de los detalles de la víctima.
Ciertamente se trata de un caso espeluznante, más aún porque la banda en cuestión es acusada de matar a nada menos que 7 choferes, mientras que otras víctimas milagrosamente escaparon con vida de tan extraño ritual.
La Policía, la Fiscalía, los legisladores y la sociedad misma están consternados con estos hechos, pero lo que más irrita en todo esto es la pena tan irrisoria que fue imputada a los cinco menores: un mes de prisión preventiva en Najayo. ¿Y los dos adultos? Un año de prisión preventiva.
Un mes de prisión no es suficiente para unos "menores" que mataron a 7 personas, aún cuando haya sido bajo las órdenes de dos manganzones que ahora tienen el descaro de defenderse de las acusaciones. Pero, viendo casos recientes de la justicia en materia de asesinatos y demás, no es mucho lo que se puede esperar.
En atención al código procesal penal y el código del menor, la Justicia se encarga de poner rápidamente en libertad a cuanto delincuente llegue hasta sus manos. A modo de ejemplo está el caso de Elena Tontón Simeón, la doña que sigue en libertad aún después de poner a sus hijas a vender drogas en callejones del ensanche Quisqueya. ¿Y qué decir del teniente que mató a dos jóvenes que se bañaban en una finca? A ese solo le cabe un año de prisión preventiva, lo que constituye una enorme burla.
Aunque se trata de medidas de coerción, no hay garantía alguna de que estos delincuentes obtendrán eventualmente el castigo que merecen, sobre todo en casos donde la medida de coerción es de apenas un mes. ¿Será por eso que dicen que la justicia es ciega?
Rocio.
ResponderEliminarLamentablemente las medidas de coerción están bien aplicadas en estos casos. El lapso de un año es el mayor que estipula la ley.
Lo segundo es que la garantía de justicia pasa a manos de un tribunal, a manos de un Ministerio Público que tiene que presentar el caso.
En esta parte del proceso ya influyen otros elementos, como la lentitud, los incidentes y demás.
Así es Argénida, por eso digo que es en atención a los códigos que se imponen estas penas coercitivas, y justamente es eso lo lamentable, que las cosas se están haciendo por las reglas.
ResponderEliminarComo sabrás, no tengo conocimientos de Derecho, y en efecto este artículo está hecho desde ese punto de vista. Esas penas de un mes a un año son poca cosa dada la magnitud de los crímenes que se vienen cometiendo, y aunque Subero Isa insista en que la solución no es una reforma al código, considero que el mismo no está adecuado para estos tiempos.
Ahora bien, Subero Isa también tiene razón cuando señala que la falta de oportunidades juega un rol importante.
Esto ya me tiene cansada :/ que cosa! donde sea veo asuntos sobre estos temas...
ResponderEliminarno lo digo por ustedes! saludos :)
Me parece que están confundidas. La prisión preventiva no es una pena, es una medida que puede ser aplicada mientras se lleva a cabo el juicio. Eso no quiere decir que al año se van para su casa, lo que quiere decir es que hay que celebrarles el juicio en el plazo de un año.
ResponderEliminarLa pena que les termine siendo aplicable no depende del Código Procesal Penal, sino del Código Penal que, para estos casos, contempla 30 años.