Pedir y pedir, eso es lo único que saben hacer ciertos sectores, siendo el más notable de ellos el de transporte. Alegando falta de igualdad en el trato recibido, ahora los sindicatos de transporte turístico amenazan con paralizar mañana sus servicios en reclamo de un subsidio al gasoil, tal como hace el gobierno con los choferes de concho.
Esta decisión, que afectaría sobre todo a la región Este del país, está fundamentada en unos supuestos acuerdos firmados con el Gobierno. Sin embargo, todo el asunto carece de sentido por varios motivos. Para empezar, los operadores de tours y demás formas de transporte turístico son entes privados que cobran por lo general unas tarifas muy elevadas. Se supone que los servicios privados lo son por un motivo fundamental: para no depender del Gobierno.
La existencia de alternativas privadas se fundamenta en que los servicios estatales por lo general son ineficientes y no cubren el 100% de la demanda. Este es el motivo por el que hay colegios y universidades privadas, por ejemplo. Igualmente, los taxis son una alternativa más cómoda, segura y "decente" a los carros de concho, y en esa misma medida son sustancialmente más caros.
Si nos dejamos llevar por la fiebre de los subsidio, pronto veremos a restaurantes, librerías, tiendas de ropa y supermercados exigiendo sus correspondientes subsidio. Así no hay país que progrese.
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