El autoengaño, una forma de escaparse de la realidad creándose falsas ilusiones. Ahora bien, ¿cómo se llega a este punto? Son muchos factores que intervienen, desde la vanidad humana hasta condiciones psicológicas que impiden aceptar la existencia de un problema. El autoengaño está en todas partes, a nivel individual y colectivo.
Aunque a la mayoría de la gente le cueste creerlo, las críticas y la gente que las emite son los verdaderos amigos de un negocio, ya se trate de un restaurante, bar, tienda o institución sin fines de lucro. Son las críticas las que nos permiten avanzar y mejorar. Nunca lograremos mejoras sustanciales mientras se siga tapando la verdad.
Si bien es cierto que cada quien se autoengaña en algún momento de su vida, cuando esto sucede a nivel laboral, el problema toma otra dimensión más profunda, con implicaciones negativas para la empresa como un todo. El afán por complacer a los jefes en todo lleva a muchos empleados a engañarlos, pintándoles un panorama muy alejado de la realidad.
Esta adulonería, que en el caso dominicano parece ser un vestigio de la Era de Trujillo, trae problemas a empleados que tienen el propósito de hacer bien su trabajo. En ocasiones surgen situaciones delicadas, pero, como el jefe está ajeno a la realidad por efecto de la complacencia de unos cuantos, poco puede hacerse al respecto.
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