El caso Sobeida

Cuando fue acusada de lavado de activos luego de ocupársele 4.6 millones de dólares en una yipeta Mercedes Benz, Sobeida Féliz Morel, quien además ha sido vinculada a un capo boricua que se encuentra prófugo, no mostró la menor señal de nerviosismo.

Cuando fue sentenciada a un año de prisión preventiva, Sobeida tampoco dio indicios de tristeza, horror o angustia, sentimientos que se seguro acompañan a una sentencia de esta clase. No, Sobeida siempre mantuvo un rostro inescrutable pero sereno, como si supiera que algo más estaba por suceder.

Parece que nadie se dio cuenta de esta peculiaridad que menciono aquí, y si bien parece algo sin importancia, al final del día tiene su trascendencia. Aún cuando aparece gente que defiende las acciones de la jueza que más tarde liberó a Sobeida, dando pie a su posterior fuga, hay quienes insisten en que todo esto está muy sospechoso.

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Dicen que la jueza lo único que hizo fue aplicar el código conforme está establecido, y esto en sí es motivo de debate. Desde que ese código fuera aprobado, se dijo que era un retroceso porque era una especie de traje hecho a la medida para los delincuentes.

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Dejando eso a un lado, resulta bastante sospechoso que la jueza en cuestión se haya ido para Francia justo después de liberar a Sobeida. Ahora que las cosas se han salido de las manos, viene con lloriqueos que nada resuelven.

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Como dijo anoche el presidente Leonel Fernández, esto de Sobeida es una tremenda burla. Ese código, si no sirve, que lo eliminen. En este país están pasando cosas muy raras de un tiempo a esta parte, y hasta ahora nadie parece reaccionar.