La avenida Sarasota, que atraviesa gran parte de la zona metropolitana del Distrito Nacional de este a oeste y viceversa, parece ser la próxima víctima de los cambios de nombre a los que ya estamos acostumbrados los residentes en Santo Domingo.
Aunque aún no ha sido aprobado por la Sala Capitular del Ayuntamiento, se tiene contemplado que la Sarasota pase a llamarse avenida "Profesor Juan Bosch", según ví en un correo que recibí esta mañana. Sobran las razones para honrar a Bosch de esta manera, pero quizás sea una mejor idea tomar otra calle o avenida para los fines.
Cierto es que "Sarasota" no significa nada para los dominicanos, pero será igualmente difícil acostumbrarnos a llamarle de otra manera. Ya este ejercicio de cambiar nombres se ha hecho y no ha dado ningún resultado: la gente sigue hablando de Avenida del Puerto y de aeropuerto Las Américas a pesar de que sus nombres correctos son avenida Francisco Alberto Caamaño Deñó y aeropuerto internacional José Francisco Peña Gómez.
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Si quiere honrarse la memoria de Juan Bosch de esta forma, hay docenas de calles con nombres genéricos o que no hacen ningún sentido (por los lados de la Núñez de Cáceres hay calles con nombres de edificios y/o estrcuturas: "Palacio de los Deportes", "Biblioteca Nacional", "Teatro Nacional", sin haber nada de eso por ahí).
Aún cuando no estoy de acuerdo con que se le cambie el nombre a la Sarasota, pues entiendo que ello solo traerá confusión, supongo que debemos dar gracias que la iniciativa quiere honrar a Bosch y no a una figura foránea, como pretendía hacerse hace unos meses con la Lincoln, que de por sí tiene el nombre de un ex presidente estadounidense que, hasta donde tengo entendido, no aportó nada a la República Dominicana.
Si quiere honrarse la memoria de Juan Bosch de esta forma, hay docenas de calles con nombres genéricos o que no hacen ningún sentido (por los lados de la Núñez de Cáceres hay calles con nombres de edificios y/o estrcuturas: "Palacio de los Deportes", "Biblioteca Nacional", "Teatro Nacional", sin haber nada de eso por ahí).
Aún cuando no estoy de acuerdo con que se le cambie el nombre a la Sarasota, pues entiendo que ello solo traerá confusión, supongo que debemos dar gracias que la iniciativa quiere honrar a Bosch y no a una figura foránea, como pretendía hacerse hace unos meses con la Lincoln, que de por sí tiene el nombre de un ex presidente estadounidense que, hasta donde tengo entendido, no aportó nada a la República Dominicana.
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