Foto: Flickr (Lisa Danilko)
Aprender a leer no significa alfabetizarse en este caso, sino saber cómo interpretar las cosas. En el colegio y la universidad escuché a varios profesores decir que el grueso de la gente realmente no sabe qué es lo que está leyendo, dando lugar a confusiones y tergiversaciones.
Aprender a leer no significa alfabetizarse en este caso, sino saber cómo interpretar las cosas. En el colegio y la universidad escuché a varios profesores decir que el grueso de la gente realmente no sabe qué es lo que está leyendo, dando lugar a confusiones y tergiversaciones. .
Este punto lo pude comprobar estando en la universidad, cuando decidí participar en un concurso de matemática aplicada con un trabajo de investigación que, entre otras cosas, requería de la aplicación de una encuesta. Había al menos dos preguntas que especificaban claramente que se podía elegir más de una respuesta. Sin embargo, el 98% de las veces el encuestado preguntaba lo mismo: ¿puedo marcar más de una respuesta?
Conclusión: la gente realmente no lee, le pasa por encima al texto. Puede comprobar esta teoría ayer, cuando hice mi colaboración semanal en Duarte 101. El artículo, titulado "La complicada vida moderna", tenía por objetivo llamar la atención sobre cómo las tecnologías han invadido nuestra vida privada al punto de que la divisón entre vida laboral y vida personal casi ha desaparecido. Asimismo traté el punto de como las tecnologías, sobre todo las redes sociales, han afectado la calidad de las relaciones interpersonales.
Cualquiera que haya visto a una persona trabajar en pleno vuelo, interrumpir su cena porque le han llamado del trabajo a la flota asignada para los fines o sacar en medio de una película su iPhone para ponerse a resolver algo "simple" del trabajo, sabrá a lo que me refiero. De igual forma, aquel que haya visto cómo hay gente que se apresura a actualizar su cuenta de Facebook más de una vez por día sabrá a lo que me refiero.
Pensaba que el punto estaba clarísimo. Pero, para mi asombro, este post generó toda clase de comentarios negativos. Algunos se lo tomaron personal, diciendo que estoy equivocada, que las tecnologías no son malas, que son muy beneficiosas. Sin embargo, nunca dije que las tecnologías fueran malas. Otros llegaron más lejos, especulando acerca de mí y acusándome de tener mentalidad de dinosaurio.
Una vez más me veo forzada a darle la razón a quienes dijeron que la gente, en su mayoría, no sabe leer.
En una ocacion, un bloguero estaba hablando de tecnologia, especialmente de twitter. Yo le comenté que estaba a favor de la tenologia, pero que el twitter robaba mucho tiempo. El me contestó que yo pensaba asi por mi edad. ¡Imagínate!
ResponderEliminarYo no tengo tiempo ni me interesa usar el twitter para saber donde estan mis amigos a cada momento. No me interesa que a cada rato me diga que se esta bañando, que está almorzando pescado o que está en una esquina de la ave. Independencia. Ya bastante tiempo me quita la computadora.
Tengo mi familia, mis hijos. Necesito dedicarles tiempo. conversar con ellos. Y no estoy en contra de la tecnologia, pero no quiero que ella me esclavice.
Pero estoy contigo. Mucha gente no sabe leer. Uno se da cuenta cuando están preguntando cosas muy obvias.
En el blog, a veces uno trata un tema en particular, pero, para no hacer el post muy largo, no menciona todos los factores envueltos. Entonces, alguien comenta que señalando que omitimos esos factores. Al parecer estamos perdiendo la capacidad de comprension.
Un abrazo, Rocio:
Rafael Arturo
El problema es que en este país no se enseña lectura comprensiva.
ResponderEliminarSaludos, Rafael