Foto: dr1 |
De que se ha perdido el respeto a la autoridad en este país, no quedan dudas, sobre todo a la hora de conducir. Barbaridades en las calles las veo a diario, pero hoy vi dos episodios que son dignos de contar.
El primero de ellos sucedió en la Doctor Delgado, a la salida del Palacio Nacional, un área minada de guardias pertenecientes a la Guardia Presidencial, policías de tránsito, AMETs y agentes policiales, de esos que están vestidos de gris. Pues bien, la presencia de esos efectivos no impidió que el conductor de una camioneta tomara esa calle en vía contraria para luego tomar la avenida México hacia la izquierda.
El segundo fue en la avenida México, en el semáforo de la intersección de la Doctor Delgado. Una guagua de Caribe Tours, que al parecer contrata a los conductores más temerarios, se pasó olímpicamente en rojo, y, como sabía su conductor que el semáforo ya llevaba varios segundos en rojo, lo que hizo fue apretar el paso de manera exagerada. Cualquiera que hubiera osado cruzar por ahí en ese momento, fuera a pie o en un vehículo, iba a sufrir un embate de proporciones épicas.
Tambien es una muestra de un desprecio olimpico por la vida ajena, bueno ya no se como analizar y explicar ese fenomeno, lo seguro es que desde que se pone un pie fuera de la casa todos estamos expuestos a cualquier calamidad, pues se depende de la suerte para llegar "completo" a su destino, que pena.
ResponderEliminarYa lo sabes, Juan, es una cosa calamitosa en verdad. Todo esto es un asunto de mentalidad y costumbres.
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