Foto: Daily Mail
Una leona hambrienta se paseaba en su hábitat dentro de una reserva en Tanzania cuando de repente olfatea algo para comer. Se acerca a su presa, nada menos que un pangolín, y la toma entre los dientes. ¿El fin del pangolín? Para nada. La leona explora a su presa, buscando la forma de entrarle con todo, pero falla en sus intentos. Lo muerde, lo lame y hasta trata de sacarlo de su armadura, pero el pangolín no cede un ápice. Al final, frustrada con la experiencia, la leona dejó al pangolín tranquilo.
Para los que no conocen al pangolín, este es un animal bastante peculiar cuyo cuerpo está recubierto de escamas duras y filosas. Cuando se siente amenazado, el pangolín simplemente se enrolla y no hay quien lo saque de ahí. La naturaleza ciertamente es curiosa.
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