Luego de más de una semana de intensa presión y persecución, el australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks, se entregó a las autoridades londinenses, quienes tenían orden de captura proveniente de Suecia. Contrario a lo que pudiera pensarse, su entrega y posterior arresto nada tiene que ver con los 250 mil cables diplomáticos que empezaron a divulgarse el domingo 28 de noviembre.
Por insólito que parezca, la persecución de Assange guarda relación con un supuesto caso de abuso y violación sexual perpretado contra dos mujeres en Suecia en agosto pasado, mujeres que admiten haber sostenido relaciones de esa naturaleza con Assange de manera voluntaria. Tomando en cuenta los hechos conocidos del caso, sobre todo la parte que da cuenta de que los encuentros fueron voluntarios, no ha faltado quien hable de conspiración contra Assange.
Siendo el caso que este señor ha puesto en graves aprietos a Estados Unidos, a tal punto que gente como Sarah Palin y Mike Huckabee habla de fusilarlo, no estaría tan alejada de la realidad la teoría que apunta a que ha habido manipulación. Incluso se habla de que le han tendido una trampa a Assange, que hoy declaró su motivación de entregarse a las autoridades: quiere limpiar su nombre.
Mientras tanto, Wikileaks, que se ha visto forzado a cambiar continuamente de servidor y de país en los útimos días, seguirá difundiendo información confidencial. Justo ayer dio a conocer una lista de sitios que de ser atacados pondrían a la economía estadounidense en posición vulnerable. La extensa lista, que abarca lugares en prácticamente todas partes del mundo, incluye yacimientos mineros y cables submarinos. Con tal de asegurar que se siga difundiendo esta información, Wikileaks cuenta por igual con una serie de sitios "espejo" que reproducen la misma información.
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