Las cosas fueron cambiando y con ellas, el nuevo orden socioeconómico imponía un cambio de paradigmas como resultado del desarrollo sociopolítico alcanzado por hombres y mujeres que durante años habían asimilado la doctrinización política cementada en la educación como principal instrumento político para alcanzar la liberación de un pueblo.
Para el PLD, la concepción del Estado, las luchas de clases en RD, la burguesía, el proletariado, así como los medios de producción, solo son parte de los tantos enfoques que necesitan ser dominados como discípulo de Don Juan, además de los temas propiamente políticos del partido y las tareas administrativas como filosofía para ascender a lo interno de la organización.
Los años pasaron y las cosas comenzaron a cambiar. El PLD se consolida como una fuerza política importante y entra poco a poco en el concierto de propuestas electorales como ofertas para el consumo del electorado nacional.
Hoy la política partidaria presenta un deterioro progresivo en la aplicación de los conceptos mas elementales de ética y moral, a decir por lo sucedido en las internas de los días 28 y 29 de noviembre pasado en todo el territorio nacional.
Lo del 28, todo un exceso de confianza de quienes administraron el proceso y se sirvieron con la cuchara grande en un momento en que no se encontraba en el país la máxima autoridad del partido, provocando un dramático cambio del panorama político para la gente del presidente de cara a las próxima elecciones congresuales y municipales, y con ello tratando de anular cualquier posible asomo de consulta a la Ley Sustantiva de la nación, pese a que aún no ha sido promulgada.
La última esperanza de que no todo esta perdido está en que se sancione drásticamente a los destructores de la mística de todo peledeísta cuando se trata de lo justo, donde hubo tantas irregularidades y bellaquerías, donde esperamos una real desición a la revision de las impugnaciones que han soportado el rigor irrefutable de la verdad meridiana.
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