Viendo las fotos de un viaje que hizo una de mis amistades a Cuba, no puede evitar sentir un poco de envidia, pues allá se da un cuidado especial a monumentos, museos, cementerios y demás sitios de interés histórico y cultural.
Da mucho gusto ver cómo el pueblo cubano sigue honrando con altísima estima al prócer José Martí, cuyos restos están en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba. Y hablando de cementerios, el contraste entre el cementerio que menciono aquí, famoso por la cantidad de héroes y personalidades enterradas allí, y su equivalente dominicano, el de la Máximo Gómez, es increíble.
El cementerio de Santa Ifigenia, precisamente por el valor histórico que representa, funciona como un museo, y como tal, se trata de un lugar bien cuidado, solemne y en paz. El de la Máximo Gómez, aquí en Santo Domingo, está tan deteriorado como cualquier otro cementerio dominicano, con grama y maleza crecidas, desperdicios y mal aspecto en general. Antes de restar importancia a los cementerios, debe recordarse que en ciudades como París y Madrid estos forman parte de las atracciones turísticas.
Santiago de Cuba, una de las ciudades que mi amiga visitó, está llena de lugares de interés: Cuartel Moncada, convertido en escuela y museo, la Granjita Siboney, el parque Céspedes, el memorial a José Martí. Lo mejor de todo es lo bien cuidadas que están estas estructuras y la educación y respeto que muestran los cubanos hacia sus lugares y figuras históricas.
Considero que República Dominicana puede aprender mucho del ejemplo cubano y hacer un esfuerzo serio de preservación y difusión de nuestra historia, cultura e identidad. Da gusto ver como cualquier cubano está en capacidad de hablar de los acontecimientos históricos de su país, el amor y el orgullo con que defienden a su patria, a pesar de las calamidades. Aquí en República Dominicana eso no se ve con frecuencia, y es una verdadera lástima.
Hay en RD una serie de ciudades que bien pudieran aprovechar su historia para promoverse: Montecristi, San Pedro de Macorís y Puerto Plata, por solo mencionar algunas. A pesar de todo ese potencial, vemos cómo a nadie le interesa preservar la casa de tal o cual héroe, cómo caen en el olvido las casonas típicas de Gazcue, cómo le han pegado fuego a casitas victorianas en Santiago, Puerto Plata y hasta en Montecristi. Es penoso realmente.
Tan encantada quedé con los relatos y las fotos de mi amiga que me dieron ganas de ir a Cuba.
(*) En la imagen: cementerio Santa Ifigenia, Santiago de Cuba.
Rocio, no es extraño que en paises comunistas, se enfocan mucho en la educacion y la cultura de los pueblos.
ResponderEliminarNo hay libertad de expresion ni forma de cambiar el sistema, para mencionar algunas cosas negativas.
Pero hay que reconocer que en Cuba hay mucho acceso a la educacion y al cuidado médico. Y como dices son un ejemplo en cuanto a la educacion y la cultura.¡Algo para imitar!
Cierto, el hecho de que es un régimen comunista tiene mucho que ver, pero no es una condición obligatoria para lograr esto. Mira el ejemplo de Estados Unidos: el pueblo honra a sus figuras históricas y los museos, monumentos y lugares que representan historia están bien cuidados. México es otro ejemplo de gente orgullosa de su identidad. A nosotros nos hace falta eso.
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