Diplomacia. Una palabra de varios significados según el escenario en que se aplique. Sin embargo, sea que se trate de política internacional o del día a día, siempre asociamos la diplomacia al tacto y la prudencia a la hora de tratar con gente u organismos.
Resulta evidente para mucha gente que este asunto de la diplomacia no es más que un engaño, que las relaciones "cordiales" entre representantes de países -sean aliados o no- son una pantalla que se usa para guardar las apariencias. Detrás de las sonrisas y apretones de manos entre presidentes, primeros ministros, cancilleres y demás se esconde una realidad a la que pocas veces tenemos acceso, a menos que aparezca un Wikileaks o algo similar que nos de información detallada y de primera mano al respecto, tal como ocurrió en noviembre del año pasado.
En aquel entonces Wikileaks dio a conocer unos documentos de carácter secreto donde quedó en evidencia lo que Estados Unidos pensaba acerca de ciertos líderes mundiales, desde el recientemente asesinado Moamar Gaddafi hasta la canciller alemana Angela Merkel, pasando por sus relaciones con América Latina y su rol en algunos incidentes.
Foto: rtve.es |
Pues bien, hoy Estados Unidos y Francia son protagonistas de un desliz diplomático que tuvo lugar en Cannes durante la cumbre del G-20 y que involucra a la figura del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
En un momento que no estaba supuesto a ser público, Obama le reclamó a Sarkozy por haber apoyado la entrada de Palestina a la UNESCO, y momentos después la conversación giró en torno a Netanyahu, de quien Sarkozy dijo que es un mentiroso y que no lo soporta. A esto, Obama respondió algo así como "Estás harto de él, imagínate yo que tengo que lidiar a diario con él".
En un momento que no estaba supuesto a ser público, Obama le reclamó a Sarkozy por haber apoyado la entrada de Palestina a la UNESCO, y momentos después la conversación giró en torno a Netanyahu, de quien Sarkozy dijo que es un mentiroso y que no lo soporta. A esto, Obama respondió algo así como "Estás harto de él, imagínate yo que tengo que lidiar a diario con él".
La conversación fue escuchada por periodistas franceses que estaban cubriendo el evento a través de sus audífonos, pues estos presidentes juraban que sus micrófonos estaban apagados. Cuando la seguridad se dio cuenta del desliz se trató de llegar a un acuerdo con los periodistas, pero hubo uno que dio los detalles de la conversación, y estos fueron publicados por el periódico francés Arrêt Sur Images.
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