25 de noviembre es una fecha que conmemora varias cosas, pero al final todo coincide en un solo punto: la violencia hacia las mujeres, un fenómeno global y que en el caso particular de República Dominicana es preocupante.
En los últimos meses la abundancia de noticias dando cuenta de mujeres asesinadas por sus parejas o ex parejas es algo exagerado y que pone a muchos a pensar sobre las causas subyacentes. Todas las marchas y conferencias que se hacen llaman la atención sobre un problema viejo y que tiene su origen en una cultura machista que aún persiste en buena parte de América Latina.
Este problema cultural empieza en la casa, en la infancia de cada niño, pues no es cuento que el sistema de valores es diferente para hembras y varones. En una casa donde hay niños de ambos sexos esto se hace evidente: mientras al niño le dan permiso para hacer lo que quiera, a la niña la educan para que sea un dechado de virtudes. Cuando llegan a la adolescencia, al muchacho lo dejan salir a cualquier sitio, a cualquier hora, y con quien sea. En contraste, a la muchacha le imponen toda clase de controles, y mientras eso ocurre, le enseñan la importancia de respetar y complacer al hombre en todo, un consejo que más tarde le puede salir muy caro.
Claro está, no es en todos los hogares que ocurre esto. Hay algunas madres (y padres) que tienen una visión distinta y enseñan a sus hijas desde temprano a no aguantar maltratos de nadie, a ser independientes y a tomar decisiones por su cuenta. Igualmente hay padres que enseñan a sus hijos el valor de respetar a la gente, sin importar su sexo, color o condición social.
Con este asunto de la violencia hacia las mujeres hay varios puntos a tomar en cuenta. Lo primero es que en muchos casos prevalece una cultura de temor hacia el marido, y eso facilita que hombres controladores y abusivos se salgan con la suya. El ejemplo de eso se puede en los cientos de casos de mujeres que ponen una querella para al rato arrepentirse y negar que su pareja las maltrata. Casi siempre el desenlace es la tragedia que habitualmente leemos en periódicos. Por otro lado está la cultura machista, que en parte es reforzada por lo visto más arriba.
Comentarios
Publicar un comentario
Este blog no acepta vulgaridades. Modérese antes de comentar.