Foto: Daily Mail |
Pobre tortuga. Cayó en las garras de un grupo de leones jóvenes, de apenas 18 meses de edad, que con su curiosidad innata echaron mano a la extraña criatura que llegó hasta su lar. Para mala suerte de los leones (y por suerte para la tortuga), la tortuga cuenta con un mecanismo de protección sumamente efectivo: su caparazón, de donde no volvió a salir.
Los leones hicieron de todo con tal de abrir el nuevo "juguete": lo lamieron, le pusieron las patas encima, trataron de aplastarlo, incluso lo mordieron, pero nada pasó. Una hora después, los leones se aburrieron y dejaron a la tortuga abandonada, circunstancia que luego aprovechó para escabullirse ilesa y sin dejar rastro.
Esta y otras imágenes fueron tomadas por Mike Cullis durante un safari en la reserva Masai Mara, Kenia. El guía de la excursión hizo énfasis en lo raro del encuentro de estos leones jóvenes con una tortuga, que luego fue identificada como una tortuga leopardo, la cuarta más grande de esa especie. (Daily Mail)
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