A ver, ¿cuántos de ustedes estarían dispuestos a enfermarse a propósito? Ninguno, ¿verdad? Para la mayoría de la gente sería absurdo exponerse a enfermedades contagiosas con la expresa intención de enfermarse y quedar inmunizado de paso. Claro está, esto de inmunizarse sólo ocurre con enfermedades clásicas como varicela y sarampión, causadas por un virus que dura hasta 21 días en incubarse y que supuestamente no repiten porque la persona queda inmunizada a la primera vez.
En el caso específico de la varicela, hay evidencia médica que sugiere que la enfermedad trata peor a la gente a medida que es más vieja, y quizás esta sea la única explicación plausible para lo que voy a exponer a continuación: se ha puesto de moda en Estados Unidos y Europa la celebración de "fiestas de varicela", que se hacen con la intención de que niños enfermos contagien a sus amiguitos sanos, dizque para salir de eso lo más temprano posible.
Si bien puede parecer una locura, hay una señora en Estados Unidos que lo ha llevado aún más lejos. Wendy Werkit, de Nashville, Tennessee, se ha dedicado a vender online paletas previamente lamidas por un niño infectado de varicela. Las paletas, llamadas Lollipox (lollipop significa paleta en inglés, mientras que varicela es chicken pox, de ahí su nombre), cuestan 50 dólares la unidad, y, por increíble que parezca, aparecieron clientes para las mismas.
Eso sí, que cuando las autoridades se dieron cuenta del negocio de Wendy, que incluso ofertaba sus paletas a través de Facebook y aceptaba pagos a través de PayPal, las autoridades le cayeron encima. Después de todo, es un crimen federal en Estados Unidos mandar enfermedades por correo, sobre todo cuando se cruzan líneas estatales. Una acusación de este tipo podría traducirse en 20 años de cárcel, si la persona es encontrada culpable.
Quizás lo más sorprendente del caso sea que haya padres dispuestos a exponer a sus hijos a una enfermedad que puede evitarse con una vacuna, una vacuna que por demás sale más barata que las paletas aquellas y que evitaría que los niños se pasen su par de semanas trancado en sus casas, sufriendo la picazón que suele acompañar los brotes de la varicela, sin poder salir a jugar ni estudiar.
Hace un par de años me dio varicela, cortesía de una niña que estuvo en la oficina de mi hermana y que la contagió, a pesar de no haber estado con ella (la varicela suele contagiarse más fácil a través de la aspiración, por tanto esa idea de las paletas es bastante absurda, dicho sea de paso). A su vez, mi hermana me contagió... la experiencia, si bien no fue una cosa del otro mundo, distó mucho de ser agradable.
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