Acciones y consecuencias

Todo lo que hacemos tiene una consecuencia. Aquel niño que disfrutaba de delatar a sus compañeritos de escuela cuando hacían cosas mientras nadie miraba no se imagina la humillación y los castigos a que eran sometidos gracias a sus oportunas denuncias. Asimismo, aquella niña comparona que se jactaba de su belleza y que relajaba a otros menos agraciados no se imagina hasta que punto sus palabras marcaron a esos otros niños.

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Sí, todo tiene una consecuencia. A veces mala, a veces buena. A veces hacemos cosas con una buena intención, pero los resultados distan de ser buenos. Ocurre también que queremos hacer una maldad y terminamos nosostros mismos perjudicándonos.

Hay situaciones en que hacemos cosas aparentemente sencillas e inofensivas pero que tienen consecuencias insospechadas. Por ejemplo, hace unos días comentaba en este blog acerca de una tienda Apple falsificada en Kunming, China, un caso expuesto por el blog Bird Abroad. A primera vista, era una noticia graciosa, pero se trataba de algo realmente profundo que implicaba a una compañía reconocida, derechos de autor y que de paso conllevaba consecuencias legales. En efecto, días después de su descubrimiento, las autoridades de la ciudad llevaron a cabo una investigación y encontraron más tiendas falsas.

El caso de Bird Abroad es positivo en el sentido de que una denuncia llevó a una acción por parte de las autoridades. Sin embargo, es casi seguro que los empleados de la tienda que esa persona fotografió y expuso en su blog no estén para nada contentos.

Hay también casos de noticias sensacionalistas que se han salido de las manos, sobre todo cuando se determina que no son del todo verdaderas o que se usaron métodos poco éticos para llegar hasta ellas. El caso más obvio y reciente: el periódico News of the World, cerrado en junio tras haber estallado un escándalo por hackeo de teléfonos. Las consecuencias de ese escándalo aún retumban y han puesto en posición incómoda a News Corp., la compañía matriz.