En cierta ocasión un representante de servicio de un banco me llamó con una tremenda insistencia para ofrecerme uno de sus productos. Luego que haber rechazado la oferta al menos 5 veces, a la sexta accedí, más que nada para quitarmelo de encima. A decir verdad, la idea sonaba atractiva: una tarjeta en dólares, internacional, emitida por un banco estadounidense. Esto, sumado a la insistencia, hizo que aceptara y suministrara mis datos.
Pasaron los días, las semanas, y al ver que no había recibido el plástico ni llamadas de seguimiento, llamé al banco en cuestión, expliqué el caso, y la respuesta fue de lo más qué-se-yo: "Ah... su solicitud fue declinada". Mi respuesta: "¿Cómo que declinada, si yo no he hecho ninguna solicitud? ¡Ustedes fueron los que me ofrecieron eso con tanta insistencia que al final dije que sí!" A esto siguió un silencio incómodo, seguido de una disculpa hecha al vapor y una sensación de vergüenza ajena.
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Pensaba que esto sólo a mi me había ocurrido, pero me equivoqué. Ayer una de mis amistades se estaba quejando justamente de eso, con la salvedad que se trataba de otro banco. La verdad que esto no se entiende: hartan a potenciales clientes con ofertas que nadie ha pedido, y cuando alguien cae, entonces ellos mismos deciden declinar la cosa. ¿¿Y esto??
Pensaba que esto sólo a mi me había ocurrido, pero me equivoqué. Ayer una de mis amistades se estaba quejando justamente de eso, con la salvedad que se trataba de otro banco. La verdad que esto no se entiende: hartan a potenciales clientes con ofertas que nadie ha pedido, y cuando alguien cae, entonces ellos mismos deciden declinar la cosa. ¿¿Y esto??
A mi me pasó algo similiar... No entiendo.
ResponderEliminarRocio aqui siempre se recomienda nunca dar datos personales por el teléfono ¿por qué? porque uno no sabe a ciencia cierta quien está llamando y de dónde lo hace.
ResponderEliminarEl que llama puede decir que llama de un banco, pero no hay forma de averiguarlo en el momento.
Los bancos usan el correo para hacer ese tipo de negocio.Ellos mandan la oferta junto con un formulario. Luergo que ellos lo reciben, lo analizan a partir de los datos suministrados y entonces escriben con la respuesta.
Lo que cuentas es una bobada. Si la persona que llama para hacer la oferta, si no puede en el momento dar la aprobación, ¿Para qué insistir tanto?
En verdad que hay mucha mediocridad y sentido común en muchos negocios. Nadie esperaria tanta estupidez de un banco, contando de que se espera que sea una institución que se maneja a nivel profesional.