Fotos: Daily Mail
A nadie le gustan los inmigrantes. Sonará feo, pero esta parece ser una realidad mundial, sobre todo cuando llegan y ponen las cosas patas arriba.
Mientras que aquí nos quejamos de los haitianos, en Estados Unidos se quejan de los latinos, especialmente si son mexicanos, y en Europa tienen sus propios problemas, ya se trate de africanos o de gitanos rumanos, quizás el grupo étnico con la peor reputación en ese continente.
En Estados Unidos se está dando un caso curioso en la actualidad: el poblado de Greenfield, en California, donde sus 16,300 habitantes son mayoritariamente latinos, se ha estado quejando del comportamiento que exhiben inmigrantes llegados de Oaxaca (México) en los últimos años, a quienes acusan de ensuciar las calles y no contribuir al orden.
En efecto, los residentes de antaño dicen que a partir de la llegada de esos inmigantes ha aumentado la tasa de criminalidad, ha bajado la productividad y la economía se ha resentido. Peor aún, estas personas, al ser de tribus indígenas, no hablan español y no se acoplan a la comunidad y sus costumbres, lo que ha dado como resultado tensiones entre grupos étnicos y enfrentamientos.
Veamos ahora un caso ocurrido en Inglaterra: una mujer residente en el este de Londres -Julia High, oficial de inmigración, por demás- salió por par de días de su casa para visitar a sus padres. A su regreso, se encontró con una familia de rumanos gitanos viviendo allí, usando sus ropas, consumiendo su comida y sacando las pertenencias de ella, que habían sido amontonadas en fundas de basura.
Al indagar lo que pasaba, los invasores rumanos le dijeron que habían alquilado la propiedad al hijo de la señora que allí vivía y que recién había muerto. Para convencerla de la veracidad de la historia, le mostraron un montón de documentos falsos, ignorando varias cosas: que la propietaria estaba viva, nada menos que enfrente de sus narices, y que Julia no tiene hijos. Es más, ni siquiera está casada. Ah, y lleva 30 años viviendo en ese lugar, del que es propietaria.
De más está decir que Julia buscó una orden de desalojo, y efectivamente los gitanos fueron desalojados, solo para buscar refugio en otra casa en la misma cuadra. Tal parece que estas maniobras son habituales entre los gitanos rumanos, quienes tienen la costumbre de establecerse en cualquier lugar hasta que las autoridades se dan cuenta y toman acción.
Por cosas como estas es que los inmigrantes suelen ser mal vistos. Fuera diferente si llegaran con la intención de trabajar y aportar, pero la triste realidad es que mucha gente sale de sus países con la falsa idea de que podrá progresar sin fajarse, y muchas veces ni siquiera se dignan en aprender el idioma de lugar o en respetar las costumbres imperantes en ese otro país. Justamente de ahí es que salen los conflictos que ya todos conocemos.
Por eso es que los anglosajones no ven con buenos ojos a los inmigrantes. Una gran parte no llega a adaptase a su nuevo ambiente.
ResponderEliminarAndan por la calle borrachos. No se esfuerzan por apreder el idioma. Y siempre se están quejando de cómo se aqui se vive.
Y cuando hablan es en voz muy alta y estridente. Sin decir que nos gusta escuchar la música que se oiga en todo el barrio.
Y es que donde quiera que uno vaya debe aceptar y adaptarse a ese medio ambiente y no pretender que las cosas sean al revéz.
No quieren perder ni ún ápice de sus raices culturales. Claro que uno no quiere perder sus raices, pero hay que ceder en algo y darse cuenta que vive en medio de personas que tienen otras costumbres, que son diferente, pero que no son malas.