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Trabajo en equipo. Siendo el caso que vivimos rodeados de gente, tiene sentido que los trabajos se hagan en equipo, ¿no es así? Si bien esto parece ser una conclusión lógica, en la práctica el trabajo en equipo es la mayoría de las veces una quimera en la que literalmente dos o tres se fajan a hacer el trabajo duro, con el agravante de que al final de la jornada tienen que compartir sus logros y éxitos con el resto del equipo, que presumiblemente no hizo nada.
Este asunto de trabajar en equipo es quizás uno de los temas más comunes en discusiones que tienen que ver con teoría y comportamiento organizacional. Después de todo, no son pocas las compañías a nivel local e internacional que fomentan entre sus empleados una cultura de trabajo en equipo, a menudo acompañada de una filosofía que pretende erradicar cualquier forma de individualismo. Es tan así que en Estados Unidos es común la expresión "There is no I in Team", lo que literalmente se traduce como "No hay I en la palabra equipo". Para que esta expresión haga sentido, se debe recordar que "I" equivale a YO, y es por tanto un juego de palabras.
¿Qué tan efectivo es el trabajo en equipo? La evidencia empírica apunta a que eso de trabajo en equipo real y efectivamente no existe. Entre estudiantes y empleados son comunes las quejas de supuestos grupos de trabajo que ni dan la talla y dan apoyo cuando más se requiere. Como para añadir insulto a la herida, cuando las cosas salen bien, todos los integrantes están prestos a participar de los reconocimientos y alabanzas. Si salen mal, se esconden y dejan que aquel o aquellos que se fajaron den la cara.
El fallo intrínseco del trabajo en equipo queda bien explicado con el llamado efecto Ringelmann, llamado así en honor al ingeniero agrónomo francés Maximilien Ringelmann, quien demostró a través de una serie de experimentos que consistían en halar una cuerda que la efectividad y el esfuerzo individual se reducen a medida que aumenta la cantidad de personas que participan en una tarea. En pocas palabras, la suma de los esfuerzos individuales dentro de un grupo es menor a la suma de esos esfuerzos individuales fuera de un grupo.
Esto explica por qué los patronatos, las comisiones y demás grupos conformados, ya sea para dar seguimiento a situaciones o para hacer trabajos específicos dentro de una organización, a menudo producen resultados tan pobres. Si no lo cree así, fíjese en la dinámica del trabajo en equipo la próxima vez que le toque estar en uno. Las conclusiones a las que llegue pueden ser sorprendentes.
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