Es un hecho que la gente tiende a juzgar a otra, muchas veces sin tener una verdadera base para opinar. Juzgar es malo, pero todo indica que es algo inevitable y que ocurre muchas veces de manera espontánea por asuntos que vienen de miles de años atrás y que se han venido explicando por antropología. Juzgar gente es casi tan malo como chismear, y el verdadero daño de juzgar al otro viene cuando esos juicios se exponen de manera pública porque se convierten precisamente en un chisme.
Así, una persona que es tranquila y que se mantiene en su sitio suele ser calificada de odiosa, fría y antisocial. Puede ser que esa persona sea tímida o quizás no se sienta cómoda intimando con gente que no conoce. Bajo esas circunstancias la persona se crea una imagen negativa -sin saberlo- que luego se refleja de varias maneras. Lo peor del caso es que aquellos que juzgan y emiten sus juicios no dan chance a la víctima de defenderse o explicarse. Es solo cuando pasa el tiempo que las cosas más o menos se corrigen.
Dicen que la primera impresión es la que vale, y eso es más certero de la cuenta. Sin embargo, hay que recordar que las apariencias engañan, y es precisamente por ello que hay tanta gente engañada en este mundo. Hay gente experta en manipular a los otros diciendo y haciendo exctamente aquello que se desea. Son personas que consiguen todo en base a artimañas. Para que se les caiga la careta tienen qe pasar cosas extremas, y, cuando finalmente ocurre ese desenlace, son muchos los que quedan sorprendidos.
De la misma forma que dicen que no se debe juzgar un libro por su portada, lo mismo debemos hacer con las personas. No es ningún delito hacerse una idea determinada sobre un individuo cualquiera, porque, después de todo, el pensamiento es libre. Lo que si es un delito es externar aquello que se piensa y de paso envenenar la mente de los demás con respecto a ese individuo. Doblemente malo si además de externar esos juicios se actúa en base a ellos.
Por la formación de juicios errados es que hay tantos problemas de convivencia en parte, pues hay personas que con tal de probrar lo que han pensando divisan artimañas diseñadas para poner a sus víctimas en mala posición, quizás buscando una reacción. Así vemos cómo hay gente que se mete en cosas que no son de su incumencia. Hay también gente que ha perfeccionado el arte de atacar a sus víctimas predilectas encontrándose todo mal y haciendo comentarios al respecto. Cuando las víctimas les salen con un "de atrás pa'lante", entonces se ofenden. Una paradoja, ¿no?
Y todavia peor es cuando sin conocer a la persona, solo por lo que ven a distancia, comienzan a difundir rumores cuestionando su integridad y hasta preferencias sexuales, dandolo como un hecho cierto, eso llegue a verlo (y escucharlo) varias veces entre personas que nuncan habian cruzado una palabra con el "crucificado". No se porque, pero el ser "pensante" muchas veces actua con muchas incongruencias.
ResponderEliminarAsí mismo es. Una barbaridad desde cualquier ángulo que se vea.
ResponderEliminar