Imagen: wallpapersonweb.com
Las cosas han estado algo lentas y repetitivas en el blog durante esta semana, y la razón es que no hay inspiración. Según mi experiencia, no hay una cosa que bloquee más rápido que las situaciones incómodas que se dan en el día a día por causa de terceros, más aún cuando esas cosas ocurren por imprudencia, falta de respeto o simple estupidez humana.
Es un hecho que la vida está llena de obtsáculos, y si todo fuera fácil, entonces todo igualmente fuera aburrido. Sin embargo, hay obstáculos que simplemente no debieran ser. ¿El ejemplo clásico? Para cada cual es distinto, pero para mí el epítome de una situación absurda es que una persona que tiene parqueo asignado no pueda usarlo cuando lo requiere porque alguien llegó y aparcó su vehículo allí.
El tema ha sido recurrente en esta semana, y por ese motivo debo decir que finalmente se han tomado acciones en ese sentido. Ayer, por primera vez en mucho tiempo, estuvo disponible para mi el parqueo. Según me informan, esa irregularidad no volverá a suceder. ¡Cómo espero que no se equivoquen! Por increíble que parezca, ese incidente es uno que me ha hecho perder mucho tiempo.
Y ahora que menciono tiempo, la falta de tiempo es uno de los factores que también ayuda a bloquear. El hecho de saber que se han acumulado cosas y que se acaba el tiempo tan solo ofusca la mente, que no encuentra salida del laberinto. Claro está, hay gente que se maneja muy bien bajo presión, pero me atrevo a decir que constituyen una minoría privilegiada. De más está decir que esa falta de tiempo tampoco es el mejor aliado para la inspiración.
Para terminar, de tantas cosas negativas que se leen a nivel local e internacional, tampoco quedan muchos ánimos para la inspiración. Entre la invasión a Libia, el combustible cada vez más caro, terremotos frescos en México y Japón, el lío del presupuesto en Estados Unidos y las situaciones locales, cualquiera queda exhausto y sin ganas de volver a leer un periódico. Sin embargo, hacer esto es imitar al avestruz, y eso no lleva a nada bueno.
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