8 de la mañana. Visito la sucursal más cercana de un banco que se tomó la libertad de emitir una tarjeta que nunca solicité. Cuando llego, me mandan a pasar de inmediato a servicio al cliente. Hasta aquí, todo bien. Sin embargo, dio la casualidad de que la joven de servicio al cliente estaba distraída y para nada me prestó atención.
Cada dos minutos interrumpía el proceso contestando llamadas en su móvil y metiéndose en el trabajo de sus demás compañeras. Al final, cuando habían pasado 15 minutos de esa tortura, agarré mis documentos y me fui, pues tenía que ir a trabajar y no iba a seguir perdiendo el tiempo de esa manera.
Y pensar que a esto le llaman "servicio". Estamos fritos...
No sé si es que a ese tipo de personas le falta entrenamiento o es que no sabe que es lo que se espera de ella.
ResponderEliminarAllá son muchos los negocios y empresas que tienen ese problema con los clientes; pasando por alto que el cliente es la persona más importante, pues sin el negocio no anda.
Yo creo que es una combinación de ambos factores, Majarete. Por un lado, la gente de este tiempo está como en el aire (la mayoría al menos), y por el otro el servicio es una de las áreas más descuidadas en cualquier negocio dominicano. Es un verdadero desastre.
ResponderEliminar