Foto: Revista Amauta
La violencia en todas sus formas es algo indeseable, y lo cierto es que cuando se trata de violencia específicamente dirigida a mujeres la cosa se torna aún peor. Desde ser tratadas como objetos hasta maltratos físicos y verbales, hay muchas formas en que las mujeres se convierten en víctimas de un fenómeno que lleva décadas y que tan solo ha empeorado con el libertinaje que se ha extendido por todo el mundo.
República Dominicana, con su tradición de machismo, forma parte de las estadísticas mundiales que cada año se analizan para estas fechas. A pesar de las muchas campañas que se han hecho para reducir la incidencia de violencia dirigida a mujeres no cesan las noticias de hombres celosos que matan a sus esposas, concubinas, novias y ex parejas dizque en nombre del amor, con el agravante de que muchas veces ellos mismos terminan suicidándose. Los únicos que pagan caro estas acciones son los niños que quedan de por medio, si no es que también se convierten en víctimas fatales de la irracionalidad.
Hoy, 25 de noviembre, no solo se conmemoran 50 años del asesinato de las hermanas Mirabal, hecho histórico que marcó el inicio del fin de la dictadura de Trujillo en 1960, sino que a nivel internacional se conmemora el Día de la No Violencia contra la Mujer. Las estadísticas que se presentan al respecto no son nada halagüeñas, más aún cuando se analiza la data de este año para República Dominicana y se compara con la de otros países.
En efecto, Roxanna Reyes, procuradora adjunta de la mujer, dijo hoy que la violencia doméstica en el país es mayor que la registrada en países como Estados Unidos y España. Todo apunta a que la situación que se vive aquí en este aspecto es resultado directo del bajo nivel educativo que exhibe la población en general, donde la ignorancia y la falta de orientación se hacen presentes cada día junto a creencias machistas de amplia aceptación, creencias que están arraigadas tanto entre hombres como mujeres que quizás inadvertidamente mantienen la tradición.
Aunque el fenómeno es mundial y adopta numerosas formas, entre ellas discriminación y la negación de ciertos derechos, ello no es justificación para que aquí sigan ocurriendo crimenes pasionales tan atroces como los que nos hemos acostumbrado a ver en las noticias.
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