Parece un chiste, pero por desgracia es verdad: un restaurante en Arizona, Estados Unidos, ofrece comida gratuita a comensales que sobrepasen las 350 libras de peso, algo contraproducente en un país que enfrenta la mayor epidemia de obesidad en el mundo.
Con el nada atractivo nombre de Heart Attack Grill -literalmente "Parrillada Infarto"-, el establecimiento advierte a su potencial clientela que una visita allí pudiera terminar con sus vidas. Siendo el caso que los platos tienen nombres tan fabulosos como "Hamburguesa Bypass Cuádruple" y "Papas Fritas Paro Cardiaco", tal eventualidad no resultaría para nada extraña.
¿A quién se le ocurriría poner semejante restaurante? Aquí es donde la historia se pone buena: el fundador, Jon Basso, solía ser nutricionista e incluso administraba un centro de pérdida de peso. En un giro radical, el "doctor" Jon promociona la dieta del Heart Attack Grill desde su apertura en 2006 como una que cualquier puede seguir sin nefastos efectos yo-yo, ya que se garantiza un continuo aumento de peso mientras se disfruta de "sabrosa" comida (grotesca, más bien).
¿Será este un caso de psicología inversa? Después de todo, el anuncio parece un chiste de mal gusto, algo sacado del mundo al revés, donde un gordo de 570 libras anuncia con orgullo que hace solo unos meses podía usar unos diminutos pantalones. Por si fuera poco, el mismo anuncio enumera una serie de efectos secundarios derivados de consumir estas comidas: aumento súbito de peso, ginecomastia, aumento de talla de ropa, dolores de espalda, pérdida de parejas sexuales, entre otras cosas. Añada cerveza y cigarrillos, y tiene el combo perfecto para una muerte a destiempo.
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