Fotos: Diario Digital RD
Aún así, no es la mejor idea quitarle el sustento a un pueblo, de ahí que sugiero algunas ideas de como sacar provecho tanto a la carretera como al poblado de Chirino. Lo primero es que toda carretera necesita un parador para que el viajero pueda comer algo, ir al baño o sencillamente buscar información. Pocas carreteras del país cuentan con esa facilidad (la autopista Duarte tiene cientos de paradores, pero ninguno es formal ni cuenta con centro de asistencia/información al viajero). Los administradores de la nueva carretera de Samaná pueden construir un local para tales fines y dar participación activa a los pobladores de Chirino (para vender, dar información, etc.)
No he tenido oportunidad de viajar por la nueva carretera Santo Domingo-Samaná, pero sí he visto las informaciones sobre el costo del peaje y algunas quejas que han surgido en torno a la misma. Ayer salió en el periódico Hoy un reportaje acerca de cómo la comunidad de Chirino ha quedado aislada tras la puesta en funcionamiento de la nueva carretera.
Se quejan los pobladores de Chirino de que ya no pueden vender sus frutos en la carretera, tender sus ropas a la vista de todos, cruzar sus reses de un lado a otro ni bañarse en el río Yabacao, fuente de entretenimiento para el poblado. Todo esto es porque la carretera es principalmente turística, y esas escenas típicas de la vida dominicana en el campo no van con ese concepto.
En este punto del artículo de seguro más de uno habrá pegado el grito al cielo. Después de todo, pareciera como que un consorcio privado, extranjero por demás, quiere imponernos reglas. Sin embargo, debemos admitir que nos hace falta poner un poco de orden en lo que hacemos normalmente. Nosotros mismos nos quejamos de la arrabalización de los entornos cada vez que viajamos al interior, por lo que en cierto modo estamos de acuerdo con esas disposiciones.
Aún así, no es la mejor idea quitarle el sustento a un pueblo, de ahí que sugiero algunas ideas de como sacar provecho tanto a la carretera como al poblado de Chirino. Lo primero es que toda carretera necesita un parador para que el viajero pueda comer algo, ir al baño o sencillamente buscar información. Pocas carreteras del país cuentan con esa facilidad (la autopista Duarte tiene cientos de paradores, pero ninguno es formal ni cuenta con centro de asistencia/información al viajero). Los administradores de la nueva carretera de Samaná pueden construir un local para tales fines y dar participación activa a los pobladores de Chirino (para vender, dar información, etc.)
Lo segundo: se puede sacar provecho al río Yabacao convirtiéndolo en punto de atracción turística. En mi opinión, hay muchas cosas que se dejan pasar por alto en este país, cosas que pueden generar beneficios. Si se acondiciona el área del río (desconozco su estado), Yabacao puede formar parte de las propuestas de ecoturismo que tan de moda están.
Es necesario que los residentes en Chirino se agrupen en una organización que tenga la fuerza suficiente para exigir un mejor trato y así lograr que alguno de estos proyectos se materialice.
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