Combustibles y alimentos más caros son las principal consecuencia de una crisis que empezó como un relajo en 2003 con súbitos aumentos en el barril de petróleo. Al principio, los efectos fueron muy leves, pues los aumentos en el crudo eran espaciados y moderados. Sin embargo, ya para finales del 2006 y durante todo 2007, quedó bastante claro que la era del petróleo barato había llegado a su fin.
Ahora, al 15 de julio de 2008, el mundo entero se encuentra en pánico ante una crisis de proporciones que jamás fueron previstas y con unas características que la hacen especialmente difícil de controlar. La cuestión principal es el petróleo, cuya demanda ha aumentado por efecto del crecimiento de China, India y otras naciones emergentes. Se sabe que a mayor demanda, mayor precio, por lo que la solución lógica sería aumentar la producción. Sin embargo, en la práctica, eso no es tan fácil.
La producción de petróleo está concentrada en unos pocos países, la mayoría de ellos árabes, que están agrupados en la Organización de Países Exportadores de Petróleo. Sus representantes han dicho que aunque aumente la producción, los precios se mantendrán altos. ¿Por qué? Porque hay otro factor que es demasiado subjetivo y que es el verdadero meollo del asunto: la especulación.
Resulta que la economía de cualquier país depende en gran parte de los niveles de confianza, y aquí, en República Dominicana vivimos eso en carne propia durante el gobierno de Hipólito Mejía. Lo mismo aplica al mercado de la bolsa de valores, que en todo este tiempo se ha comportado de manera errática. Aunque en RD no haya una economía basada en bolsa de valores, se debe recordar que no estamos solos y que los movimientos de otras economías de referencia nos afectan por igual.
Y ese es el gran problema. Hay un pánico generalizado, motivado en gran parte por la continua caída del dólar frente al euro, que hoy alcanzó un nuevo récord. A su vez este fenómeno está motivado por una guerra interminable que Estados Unidos y su aliado Gran Bretaña libran en Iraq y Afganistán, sin resultados positivos hasta la fecha, y por un presidente, George Bush, que ha perdido casi toda su credibilidad.
La situación en Estados Unidos, el referente mundial por excelencia, va de mal en peor: la Reserva Federal ha tenido que intervenir en el colapso de varias instituciones, entre ellas Bear Stearns, las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, así como el banco IndyMac de California. Ha tenido igualmente que abandonar su política de recorte de tasas para así contraer el consumo.
Mientras todo esto ocurre, Bush sigue insistiendo en que la economía estadounidense no está en recesión, que el sistema financiero está básicamente sano, esto a pesar de que el mercado de valores ha perdido más del 15% de su valor desde enero. Para rematar, ahora pide al Congreso de su país levantar la prohibición que pesar sobre explotación petrolera en las costas estadounidenses, aún a sabiendas de que no va a lograrse nada.
A nivel local, se está a la expectativa de las medidas que serán anunciadas por el presidente Leonel Fernández este jueves. También se espera que los temas tratados en la recién pasada Cumbre de Petrocaribe den sus frutos lo más pronto posible. Hoy el precio petróleo bajó más 6 puntos, pero eso no significa que vaya a continuar bajando.
Imágenes: una sesión del NYMEX. Yahoo.
"A nivel local, se está a la expectativa de las medidas que serán anunciadas por el presidente Leonel Fernández este jueves. También se espera que los temas tratados en la recién pasada Cumbre de Petrocaribe den sus frutos lo más pronto posible."
ResponderEliminarEspero que en realidad anuncie algo y no venga con el "show" que dio la semana pasada, hablando de la problemática mundial y de la iniciativa de crear un fondo donde los paises productores de petroleo ayuden a los paises consumidores pobres como el nuestro. Mejor que ponga los pies sobre la tierra y se ponga a pensar como otros paises, igual de pobres y falta de recursos energéticos como el nuestro han hecho sus ajustes y se han amarrado bien los pantalones.
En cuanto a Petrocaribe tenga en cuenta que lo único que hace ese acuerdo es financiar parte del petroleo que se compra a Venezuela, para que nosotros nos demos el lujo de quemar combustible ahora (y contaminar un poquito más nuestro ambiente) y pasarle la cuenta a nuestros hijos y nietos. Que bonito, ¿no? Marisol Vicens Bello trata de este tema en su columna de clave digital. Se la recomiendo.
Saludos,
Ulises