La autoridad, el delito, y el castigo
Desde el Estado existen instituciones y organismos para el control del orden público y la preservación de propiedades. Pero en mi interior tengo la duda de si en verdad se cree que la solución de los problemas que a diario suceden en los barrios y ciudades de nuestro país está en esos hombres y mujeres formados para combatir el delito en las calles. Ellos representan solo una franja.
Creo estar planteando una alternativa para frenar de una vez por
todas la comisión de hechos delictivos, muy especialmente en los estratos más bajos de la sociedad dominicana. Esto implica un compromiso sagrado de lealtad entre la comunidad representativa de los sectores, barrios y ciudades que se ven afectadas por el delito -léase, juntas de vecinos, asociaciones de iglesias, clubes deportivos, asociaciones de padres y amigos de la escuela, entre otras- y las instituciones garantes de la ley y el orden (Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Ministerio Público, etc.), En definitiva, se necesita crear una alianza.
Pero lo más importante de todo este proceso es la sincerización de la ciudadanía en el reconocimiento del delito con carácter confidencial para transparentar la lucha por una solución pacífica a los conflictos ya ocurridos y prevenir los sucesos futuros. La reconciliación del cabeza de familia o representante con los demás integrantes del hogar debe recibir orientación profesional que involucre orientadores y orientados.
Desde el Estado existen instituciones y organismos para el control del orden público y la preservación de propiedades. Pero en mi interior tengo la duda de si en verdad se cree que la solución de los problemas que a diario suceden en los barrios y ciudades de nuestro país está en esos hombres y mujeres formados para combatir el delito en las calles. Ellos representan solo una franja.
Creo estar planteando una alternativa para frenar de una vez por
todas la comisión de hechos delictivos, muy especialmente en los estratos más bajos de la sociedad dominicana. Esto implica un compromiso sagrado de lealtad entre la comunidad representativa de los sectores, barrios y ciudades que se ven afectadas por el delito -léase, juntas de vecinos, asociaciones de iglesias, clubes deportivos, asociaciones de padres y amigos de la escuela, entre otras- y las instituciones garantes de la ley y el orden (Policía Nacional, Fuerzas Armadas, Ministerio Público, etc.), En definitiva, se necesita crear una alianza.Pero lo más importante de todo este proceso es la sincerización de la ciudadanía en el reconocimiento del delito con carácter confidencial para transparentar la lucha por una solución pacífica a los conflictos ya ocurridos y prevenir los sucesos futuros. La reconciliación del cabeza de familia o representante con los demás integrantes del hogar debe recibir orientación profesional que involucre orientadores y orientados.
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