Mientras el gobierno se deje doblar el pulso de los negociantes del transporte, accediendo a sus requerimientos sin antes exigir que cumplan con el pago a deudas atrasadas de cientos de millones de pesos por el financiamiento a miles de unidades del Plan Renove que están en manos de sindicalistas y que a diario ponen en jaque a las autoridades oficiales con el chantaje de paros y huelgas más políticas que un partido de oposición en tiempos de campaña, las cosas no van cambiar.
Los usuarios del transporte público demandan poner mayor atención a la grave situación del verdadero transporte público que ofrece el mejor y más económico de los servicios en la Capital y Santiago principalmente, el cual debe extenderse y ampliarse en las principales rutas de la ciudad y de todo el país.
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En la actualidad, la situación de la OMSA es crítica, apenas un veinticinco por ciento (25%) de los autobuses está prestando servicios, y en condiciones que no son las mejores. Eso significa que partir del 16 de agosto de este año, la OMSA debe ser relanzada con nuevas rutas y flotillas para un servicio acorde con el ordenamiento del transporte y para que sirva de complemento al Metro de Santo Domingo.
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El gobierno se desprende de miles de millones de pesos en la forma de subsidios y medidas de corte económico e institucional, entregados a una docena de empresarios privados del transporte público mediante acuerdo refrendado por el Señor Presidente de la República, doctor Leonel Frenández, con un ahorro de 50 pesos por galón de combustible aplicados a las rutas con mayor número de unidades. Son los "gerentes" de estas mismas rutas quienes por lo regular nunca cumplen a la hora de garantizar el servicio y el cumplimiento de los términos arribados en los acuerdos, situación que los hace pasibles de suspenderles los acuerdos y aplicarles el dictamen de la ley, si el gobierno así lo considerase.
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