Foto: Corbis
Esto no es más que una falta de consideración y respeto a los demás. Con razón dicen que el sentido común es el menos común de todos los sentidos.
Es un fenómeno que quizás sólo se da entre mujeres: el baño del centro de trabajo, la universidad, la plaza de moda o del club se convierte en el punto de encuentro para entablar conversaciones triviales. Se trata, en mi opinión, de un comportamiento bastante extraño, pues los baños no suelen caracterizarse por ser lugares agradables.
El acto de ir al baño es una necesidad, como tal, debe hacerse lo más breve posible. Sin embargo, la gente es muy impredecible y hasta rara: he sabido de mujeres que aguantan toda clase de malos olores, sencillamente porque la conversación está "de lo más buena". Al mismo tiempo, esta actitud constituye una falta de respeto a los demás usuarios del baño, que tienen que estar aguantando chácharas inútiles mientras hacen sus necesidades.
El acto de ir al baño es una necesidad, como tal, debe hacerse lo más breve posible. Sin embargo, la gente es muy impredecible y hasta rara: he sabido de mujeres que aguantan toda clase de malos olores, sencillamente porque la conversación está "de lo más buena". Al mismo tiempo, esta actitud constituye una falta de respeto a los demás usuarios del baño, que tienen que estar aguantando chácharas inútiles mientras hacen sus necesidades.
Hasta lavarse las manos en condiciones como estas resulta traumático. Hay que estar pidiendo permiso, sin necesidad, a gente ociosa que a veces ni siquiera escucha la petición porque está muy entretenida. En ocasiones llegan a mirar mal a quien pide permiso, como si se tratara de una intrusa que llega a donde no la han invitado.
Esto no es más que una falta de consideración y respeto a los demás. Con razón dicen que el sentido común es el menos común de todos los sentidos.
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