Un barril sin fondo
Las empresas privadas o públicas que presentan números rojos o pérdidas en sus operaciones deben revisar sus políticas antes de solicitar el auxilio del Estado bajo el argumento de que en lo adelante habrá mayor cantidad de empleos y un mejor aporte al producto interno bruto(PIB) y que van a generar mayores divisas e intensificarán la actividad económica.
Nada de eso está garantizado a la hora en que se destinan fondos públicos para subsidiar instituciones o empresas de cualquier razón social.
Prefiero hablar de un desmonte a los impuestos de materias primas, generalmente importadas, a tener que sacrificar lo recaudado por el fisco para las obligaciones propias de un gobierno comprometido con los más sanos intereses de la nación.
En resumen, los miles de millones de pesos sacados de las arcas del Estado no han resuelto el problema en el precio del pan, la leche, el transporte, ni la energía eléctrica, entre otras muchas cosas que reciben grandes exoneraciones y que solo van a fortalecer los bolsillos de los empresarios que no cumplen los su rol de inversionistas solidarios.
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