La situación que están viviendo los estadounidenses es bastante similar a la crisis dominicana de 2003-2004, cuando quebraron varios bancos, el dólar llegó a cotizarse a más de 50 pesos y cientos de establecimientos cerraron sus puertas.
Las similitudes entre ambos casos son asombrosas: un presidente (Bush) que está en lo más bajo de la popularidad (al igual que Hipólito en su momento), un gabinete desacreditado, un dólar débil frente al euro y otras monedas, líos en la banca y el mercado de hipotecas, gasolina cara y una economía que ha entrado en fase de recesión. Empeora las cosas el hecho de que el presidente George W. Bush ha querido hacerse el ciego ante esta situación, tan solo admitiendo a medias el problema de la economía cuando ya resulta difícil de ocultar.
Hay dos grandes diferencias entre el caso estadounidense y el dominicano. La primera es que nosotros supimos en las elecciones de 2004 que no nos convenía seguir por ese camino. Estados Unidos, en cambio, reeligió a George W. Bush en noviembre de ese mismo año a pesar de la guerra de Irak y otros inconvenientes. La segunda diferencia es que los problemas de Estados Unidos tienen repercusión a nivel mundial, de ahí el interés por las elecciones presidenciales de ese país y el énfasis en la situación del partido demócrata.
En este análisis cabe destacar la similitud entre George W. Bush y el ex presidente Hipólito Mejía, cuyo mandato resulta inolvidable para muchos. Veamos: ambos son hombres del campo. Uno trató de reelegirse, pero fracasó. El otro se reeligió con resultados cuestionados. Ambos son tercos y tienen un pobre vocabulario. Ambos dieron al traste con las economías de sus respectivos países. Y lo más interesante, los dos son considerados una vergüenza nacional (recordar la entrevista de Hipólito con Jorge Ramos y el incidente del pavo plástico que llevó Bush a Irak).
Hasta hace muy poco, los estadounidenses hablaban de "repúblicas bananeras" para referirse a países como el nuestro. Después del desastre de Katrina, las mentiras de Irak y el desplome del mercado inmobiliario, es posible que reflexionen y tomen mejores decisiones en el futuro.
El mundo entero espera con ansias un cambio en la presidencia de Estados Unidos, y muchos están convencidos de McCain, el candidato republicano, no es la vía para esto.
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