Hoy, por enésima vez, los médicos cumplieron con el paro anunciado días atrás. Como suele suceder en estos casos, se vieron las mismas imágenes patéticas: gente necesitada que no pudo obtener atenciones médicas, hospitales desiertos y médicos marchando en protesta.
Sin embargo, como para salir de la rutina, pasó algo distinto en el hospital Francisco Moscoso Puello, donde pacientes visiblemente irritados se enfrentaron a los médicos en huelga que trataron de impedir que seis médicos enviados por Salud Pública ofrecieran sus servicios.
Esto es el colmo de la intransigencia, y de paso hace ver que las protestas de estos médicos, liderados por Waldo Ariel Suero, alias Chucky, no son más que pataletas sin sentido. Si algún poco de credibilidad quedaba a esta partida de médicos insensibles, hoy la perdieron por completo. El enfrentamiento entre pacientes y los huelguistas demuestra por igual que el gremio carece del apoyo del pueblo.
Es hora de entender que los dominicanos estamos hartos de protestas y huelgas que tienen un indiscutible matiz político. Estamos hartos de estos grupos de mentalidad arcaica que ponen en jaque a gente indefensa para hacer valer lo que ellos creen son sus derechos. Urge en este país, sobre todo entre la clase "dirigente" (salvo contadas excepciones) un cambio de mentalidad.
Sin embargo, como para salir de la rutina, pasó algo distinto en el hospital Francisco Moscoso Puello, donde pacientes visiblemente irritados se enfrentaron a los médicos en huelga que trataron de impedir que seis médicos enviados por Salud Pública ofrecieran sus servicios.
Esto es el colmo de la intransigencia, y de paso hace ver que las protestas de estos médicos, liderados por Waldo Ariel Suero, alias Chucky, no son más que pataletas sin sentido. Si algún poco de credibilidad quedaba a esta partida de médicos insensibles, hoy la perdieron por completo. El enfrentamiento entre pacientes y los huelguistas demuestra por igual que el gremio carece del apoyo del pueblo.
Es hora de entender que los dominicanos estamos hartos de protestas y huelgas que tienen un indiscutible matiz político. Estamos hartos de estos grupos de mentalidad arcaica que ponen en jaque a gente indefensa para hacer valer lo que ellos creen son sus derechos. Urge en este país, sobre todo entre la clase "dirigente" (salvo contadas excepciones) un cambio de mentalidad.
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