Desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, Barack Obama ha hecho énfasis en una cosa que si bien es obvia casi nadie pone en práctica: con miedo y violencia no se va a ningún lado.
Hoy, en ocasión de la visita de dos días que realiza por Medio Oriente, Obama volvió a expresar estas ideas como forma de crear la base para un verdadero proceso que restaure la paz entre palestinos, judíos, musulmanes y árabes, y que de paso elimine las tenciones entre el mundo árabe y el mundo occidental, especialmente Estados Unidos.
Con un estilo muy diferente al de sus predecesores, Obama enfocó la cuestión árabe y del terrorismo desde un punto de vista práctico: no hay por qué estar matándose, la humanidad tiene la habilidad de convivir en paz sin importar ideologías, razas o culturas. Lamentablemente esto no sucede en el día a día, y con el pasar de los siglos la humanidad se ha vuelto cada vez más violenta.
Un punto álgido en todo esto es Israel, la nación que está en permanente conflicto con los palestinos y aliado incondicional de Estados Unidos desde su creación como estado. Bien pudiera decirse que Israel es la manzana de la discordia en Medio Oriente -ayudada por los EE.UU.- y la razón tras el sentimiento anti-estadounidense que por décadas ha manifestado el mundo árabe. De hecho, la cantaleta del terrorismo tiene sus raíces en esa relación.
Este fue un punto tratado por Obama con delicadeza, haciendo ver que tanto los judíos como los palestinos tienen derecho a un territorio y que por tanto no debe aceptarse que Israel siga abusando contra sus vecinos. De esa misma forma, pidió a los palestinos dejar atrás la violencia.
Fue muy claro el presidente estadounidense al decir que está a favor de un acercamiento real con el mundo árabe, a la vez que reiteró que su país no está en guerra con el Islam, pero que bajo ninguna circunstancia se tolerarán ataques brutales del tipo 11 de septiembre 2001, cuya responsabilidad fue asumida inicialmente por Al-Qaeda para después inicarse un debate inconcluso que cuestiona a las mismas autoridades estadounidenses de ese entonces.
El discurso de Obama fue muy positivo, lleno de verdades, sin embargo, es muy probable que pase un largo tiempo antes de ver resultados concretos de paz en Medio Oriente, pues primero tendrían que dejarse de lado las diferencias que la han impedido a lo largo del tiempo. Luego tendría que comprenderse que real y efectivamente el terrorismo no deja nada bueno, con el agravante de que pagan inocentes que nada tienen que ver con los intereses que hay de por medio.
Para terminar, estoy de acuerdo con los musulmanes, quienes valoraron positivamente el discurso de Obama pero a la vez expresaron su deseo de pasar de la palabra a los hechos.
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