Imagen: explodingdog.com
En cuestiones de economía e impuestos hay cosas que nadie entiende. Por ejemplo, es una queja muy común que mientras se presentan números favorables a nivel de la macroeconomía casi nadie parece beneficiarse de ellos. Se habla de crecimiento económico pero la mayoría de la gente devenga salarios miserables que apenas dan para cubrir las cosas más básicas.
En cuestiones de economía e impuestos hay cosas que nadie entiende. Por ejemplo, es una queja muy común que mientras se presentan números favorables a nivel de la macroeconomía casi nadie parece beneficiarse de ellos. Se habla de crecimiento económico pero la mayoría de la gente devenga salarios miserables que apenas dan para cubrir las cosas más básicas.
Cada vez que se habla de aumentar salarios salen los patronos con su lloradera de que no pueden darse ese lujo. Es lo común que esos patronos sean personas adineradas que tienen a jugo a empleados que por demás les pagan cheles. Cuando finalmente los representantes de los trabajadores se salen con la suya y logran un aumento, aún sea pírrico, entonces vienen los problemas. Todo el mundo se aprovecha de eso para aumentar sus servicios, dando como resultado un círculo vicioso de inflación y poder adquisitivo reducido.
Un efecto similar tiene el comportamiento de los precios del petróleo en el mercado internacional. Desde que aumenta el petróleo aumenta el precio local de los carburantes, y, según sea este aumento, inevitablemente vienen los aumentos en los precios de los servicios, todo para compensar el mayor gasto que se hace en esa variable. De inmediato se hace evidente la espiral inflacionaria: aumento en los pasajes, aumento en la tarifa de la luz (o de los apagones), comida más cara, servicios más caros, en fin, todo más caro.
Como si no fuera suficiente con este panorama que se describe aquí, salen personas con ideas tan brillantes como gravar el retiro de dinero o, peor, gravar los ahorros, dos ideas que se han propuesto anteriormente y que han sido ampliamente rechazadas. Pero la cosa no se queda ahí. Entre impuestos que se pagan sin gusto y servicios cada vez más caros, hay gente que se lleva sorpresas inexplicables. Por ejemplo, si una persona anualmente hace un ejercicio fiscal que le da como resultado un saldo a favor, ¿cómo es posible que luego reciba una notificación de que debe pagar un adelanto sobre impuestos? ¿Qué hay de ese saldo a favor? ¿Es que no vale de nada eso?
Definitivamente no se entiende.
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