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Se acerca la navidad, época de brillo, color y alegría que para algunos termina en tragedia. El conteo de muertos y heridos en las festividades del 24 y 31 de diciembre hacen competencia con el conteo de cada Semana Santa, donde el alchol y el desenfreno juegan un papel preponderante.
Siempre me llama la atención el hecho de que cada vez que se acercan esas fechas de navidad, Semana Santa y otras, Interior y Policía relaja el horario hábil para la venta de bebidas alcohólicas, lo que constituye una paradoja desde el punto de vista de los operativos que se montan para preservar vidas.
La verdad, no entiendo la motivación tras esta decisión. Mientras Interior y Policía ya anunció la prohibición de fuegos artificiales en la navidad para evitar accidentes lamentables, da rienda suelta al consumo de alcohol, lo que a su vez puede resultar en accidentes lamentables.
¿No creen ustedes que una cosa le resta efecto a la otra?
Entre muchas otras cosas más. Pero la culpa la tiene quien inventó la navidad en primer plano: una época no para ser libre, si no para ser liberar. Y con lo apretada que está la cosa en este país, el dominicano espera con ansias año tras año el invierno para poder hacer muchas de las cosas que el resto de las estaciones no puede. Pero imagínate, qué podemos hacer?
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