Foto: Dominicanos Hoy
El tema haitiano es uno de los más complejos y difíciles de tratar en la RD porque hay muchas opiniones encontradas, así como un alto nivel de hipocresía para "no herir sentimientos".
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Como ciudadana observadora se me hace difícil entender cómo se ignora el hecho de que hay una presencia masiva de haitianos indocumentados en el país que ocupan el primer lugar en el corte de caña de azúcar y en las construcciones, contribuyendo de paso a aumentar los cordones de miseria en bateyes y barrios marginados. La presencia haitiana no se reduce a esos espacios, sino que se han unido a la caterva de dominicanos que andan pidiendo por las calles y vendiendo chucherías para subsistir.
En lo que constituye un vil negocio, no es raro encontrarse con varios infantes haitianos y mujeres embarazadas o con recién nacidos a cuestas pidiendo en cualquier semáforo de las principales avenidas de Santo Domingo, Santiago, San Pedro, La Romana, Higüey, Montecristi y un largo etcétera. Según nos acercamos a la frontera, aumenta la presencia de nuestros vecinos.
En respuesta a la situación imperante, cada cierto tiempo salen directores de hospitales públicos quejándose de que las camas no dan abasto, que los fondos se destinan casi exclusivamente a la atención de haitianos en detrimento de los dominicanos, y otras declaraciones que delinean una situación realmente compleja. Si bien estas quejas permiten conocer el panorama, ellas no aportan ninguna solución.
No se trata de discriminación ni esclavitud ni racismo, como se empeñan en decir algunos, es un asunto de que la República Dominicana tiene muchas deficiencias que son agravadas por la presencia de más de un millón de haitianos indocumentados. Este es un país donde la educación es pésima, los servicios básicos son prácticamente inexistentes y la población económicamente activa carece de la preparación adecuada para optar por puestos de trabajo formales, lo que incide en la proliferación del trabajo informal.
Significa entonces que antes de pretender resolver el problema al vecino debemos de resolver el nuestro, que es bastante grande. Un aspecto que casi nadie toma en cuenta es la existencia de una ley de Trabajo que indica que el 80% de los trabajadores en una empresa deben ser dominicanos. Dudo que en construcciones y cañaverales se cumpla con esta norma.
¿Por qué abundan haitianos en estos dos sectores? Porque representan mano de obra barata, y son mano de obra barata porque no saben cómo reclamar sus derechos. Si aquí se diera un pago justo y con los beneficios que dicta la Ley, la realidad fuera otra. Pero los empleadores siempre buscan explotar al empleado, y este es el resultado.
Todos somos culpables de esta situación.
Hace anos sali de Sto. Dgo., pero si puedo recordar q cuando estudiaba medicina los hospitales eran, en una gran parte, para los nacionales hatianos.
ResponderEliminarHace como 7 anos regrese de visita y me sorprendio q la pintura "dominicana" eran realmente caracteristicamente haitianos.
No entiendo como es posible q se pretenda q una nacion pobre, como dominicana, tenga q resolver el problema haitiano. La caridad, dicen, comienza x casa".
Haiti no es viable como nacion o estado de derecho. Es una "democracia" sin substancia, y la carga la lleva el contribuyente dominicano, asi como los mismos dominicanos humildes, q pierden trabajo a mano de los haitianos, cosa q vi en gran parte en la industria del turismo.
Hay q entender q incluso paises tan poderosos como los EEUU tienen q defender sus fronteras.
Si se leyera un poco de historia se entenderia q son dos culturas tan distintas q la "invasion pacifica" terminara alteraldo la textura intima de la nacion domicana.