Errar es de humanos, y a pesar de tal afirmación muchas son las personas que por arrogancia y soberbia son incapaces de admitir errores y equívocos. Contrario a lo que pudiera pensarse, esta miopía de reconocer errores se da en todas partes: entre niños, en la oficina, en la universidad y hasta en el hogar.
¿Por qué será que algunas personas no quieren ceder? Ni siquiera cuando la prueba de sus errores les da de lleno en la cara se dignan en admitir que hicieron algo mal y pedir las disculpas de lugar. Hay gente que por nada del mundo admite haberse equivocado, y eso, dependiendo de las circunstancias y el lugar, puede ser muy dañino para su persona.
Reconocer los errores es de sabios, y lejos de empequeñecer a quien lo hace, lo engrandece. En días pasados recibí las disculpas de una persona que sin proponérselo me hizo un gran daño. Si antes pensaba mal de esa persona, hoy no puedo decir lo mismo: ha sido desagraviado por su gesto, y es algo de lo que estoy muy agradecida.
Dicen que es bueno perdonar, y a esto agrego que también es bueno admitir nuestros errores.
Rocio, el perdonar es de humanos. No podemos pretender que somos "ángeles celestiales" que no erramos.
ResponderEliminarComo dices, el orgullo, la arrogancia, el tomarnos demasiado en serio, impide que perdonemos.
Hiciste bien en perdonar, aunque no sé si sepas olvidar.¿?...ta ta ta taaaaan.
A la gente se le hace difícil tanto el pedir disculpas como el perdonar porque piensan que se están poniendo en posición vulnerable, cuando es todo lo contrario.
ResponderEliminarOlvidar, ya eso es algo diferente, pero incluso eso puede impedir una de las acciones que mencionamos: perdonar y pedir disculpas.
Como bien dices, acepté las disculpas, y no me queda ningún rencor o resentimiento. Sin embargo, olvidar por completo el incidente es otra cosa. Lo que cambia son los sentimientos que genera ese recuerdo en particular.