Ya era hora

Foto: periódico Hoy

Vendedores de jugos, empanadas, frituras, sandwiches, dulces, frutas y platos del día tendrán que ajustarse a las normas que dicten Salud Pública y el Ayuntamiento, quienes además exigirán a los vendedores operar con permisos y utilizar delantal durante sus operaciones.

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La buena noticia fue dada a conocer ayer, y si bien no he visto ninguna reacción por parte de vendedores ambulantes, lo más probable es que más adelante se escuchen las quejas de los cientos de padres y madres de familia que se dedican a la venta informal de alimentos en la calle. Y siendo este el país de las maravillas, donde la gente se ha acostumbrado a la falta de higiene, no dudo que aparezca uno que otro "cliente" quejándose del orden que se pretende imponer en este sector de la economía.

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Ya era hora de que las autoridades se metieran en este asunto, pues la venta informal de comida tiene invadida a la ciudad de Santo Domingo, y lo peor del caso es que estas personas operan en los lugares más concurridos y menos salubres que cualquiera pueda imaginarse. A veces expenden sus productos en las cercanías de aguas negras o donde hay un pasadero constante de vehículos.

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La falta de higiene es a la vez ignorancia y falta de educación. Por ejemplo, es una práctica muy común la venta de cortes de carne en plena carretera, una estampa que se ve en ciertos puntos de la carretera del Cibao y en la de Higüey. ¿Se imaginará el comprador la cantidad de humo y tierra que con que está "sazonada" esa carne? Si se piensa bien, es una cosa asqueante. Sin embargo, la mayoría de la gente no le da mente a estas cosas y tiende a burlarse del que sí lo hace. Paradojas de la vida.